lunes, febrero 20, 2006

QUE NO HOMBRE QUE NO, QUE CON LA SALUD NO SE JUEGA

Como esta el patio, con médicos como el señor Meléndez para que quiere uno tener enemigos. Sino saben de que estoy hablando pueden pasarse por este enlace El caso Meléndez y este otro La comunidad científica de Canarias se enfrenta al Dr. Meléndez de la bitácora de SAPC. Bien, ¿están ya algo más informados? El caso es que El Mundo decidió publicar un artículo sobre el caso, y o sorpresa, sólo se muestra una versión de los hechos. Vamos que de las críticas que ha habido hacia Meléndez nada de nada.
Un compañero de ARP-SAPC ni corto ni perezoso ha enviado una carta a El Mundo. ARP-SAPC se apoya la iniciativa. A continuación reproducimos dicha carta:

Estimado Sr o Sra:
Nos ponemos en contacto con usted para manifestar la enorme inquietud que nos causa tratamiento que su periódico ha dado al asunto del profesor Meléndez Hevia. Estamos de acuerdo con que su redactora, Teresa Cruz, de al profesor Meléndez y a su abogado la oportunidad de expresar su versión de la historia como es preceptivo para un tratamiento ecuánime y objetivo. Pero es absolutamente increíble que esta sea la única versión presentada. Cito textualmente las únicas menciones que hace el artículo a las críticas que se han hecho al doctor Meléndez:
"El currículo de Hevia invita a pensar que tiene bien amueblada la cabeza, pero sus propios compañeros de departamento en La Laguna lo califican de «curandero»."
y
"«Si Meléndez-Hevia tiene razón, estoy dispuesto a echarme encima la manta esperancera [atuendo típico en Tenerife] y todos nos iríamos a Estocolmo para ver cómo le dan el Nobel», dice con ironía Francisco Javier Corzo, director del departamento de Hevia y que, además, fue propuesto por éste para el cargo.
Corzo ha declarado la guerra a Hevia y consiguió que no pudiera realizar sus experimentos en el departamento. «No se puede utilizar un despacho de una universidad como consulta privada. Todo es mera palabrería. Resulta que todo lo que yo explico en clase del metabolismo, si me atengo a lo que dice Hevia, es mentira», recalca indignado."
Es decir, si nos atenemos a su artículo, el profesor Meléndez es criticado en su departamento y sufre persecución por parte de sus compañeros, sobre todo uno que "...le ha declarado la guerra". La redactora no ha encontrado sitio en el artículo para mencionar que ha habido denuncias por parte de asociaciones médicas, un comunicado de la comisión de ética de la universidad criticando la actuación de Meléndez, un comunicado del colegio de médicos advirtiendo de los riesgos, una carta abierta de más de 50 científicos expresando su preocupación ante las prácticas del Dr Meléndez, otra carta de miembros de la universidad, etc. Sin embargo si que tenemos los típicos testimonios de curación milagrosa que suelen acompañar a los curanderos.
Desde la publicación de su artículo, el servicio Canario de Salud ha procedido a la prohibición cautelar de los famosos polvos, se ha denunciado al menos un caso de reacción adversa al tratamiento, la Universidad se ha desmarcado de las actividades de Meléndez y su instituto y El ex fiscal general del estado amenaza con revelar una lista de los miembros del Gobierno Canario que toman los polvos. ¿Es mucho pedir que den una información completa e imparcial sobre el asunto?
Su periódico ha dado una excelente cobertura informativa sobre otros temas de salud como el caso del Dr Brú, es una pena que esta vez no haya sido así.

Otros sitios donde se hacen eco del asunto:

La bitácora de ARP-SAPC: el bitacorARP
En el foro de Hispaseti.
Y un seguimiento al detalle en Ethica more Cybernethica


Ismael Pérez Fernández.

domingo, febrero 05, 2006

¡AY! ESE DICHOSO OPIO

Ya hacia tiempo que no nos pasábamos por este rinconcito de la red para escribir algunas líneas. Espero que lo hayan echado de menos. En esta ocasión no seré yo el que va a exponer sus ideas, sino que será Richard Dawkins ¿qué quien es? Ay, ay, ay, si te estas preguntado esto deberías leer algo más de divulgación científica. Este señor es miembro de la Royal Society y profesor de la cátedra Simonyi de Divulgación Pública de la Ciencia de la Universidad de Oxford. Si les pica la curiosidad pueden leer algunos de los libros que ha escrito como por ejemplo: El relojero ciego, Destejiendo el arco iris o El capellán del diablo, entre muchos otros.
El artículo que viene a continuación ha aparecido publicado en El Escéptico Digital (publicado originalmente en la página The Geek) una publicación digital que pretende fomentar el pensamiento crítico y la ciencia. Si después de leer este articulo les apetece suscribirse a dicha publicación pueden hacerlo haciendo click aquí, además es gratuita. Bueno no me lío más, aquí esta el artículo. Lean atentamente ¿de que está hablando realmente Richard?



EL OPIO DEL PUEBLO

Richard Dawkins (traducción de Gabriel Rodríguez Alberich)

El aceite de Gerin (o Geriniol, por dar su nombre científico) es una potente droga que actúa directamente en el sistema nervioso central produciendo una serie de síntomas característicos, a menudo de naturaleza antisocial o autodestructiva. Si se administra a los niños de manera crónica, el aceite de Gerin puede modificar permanentemente el cerebro produciendo desórdenes en la edad adulta, incluyendo ilusiones peligrosas que han demostrado ser muy difíciles de tratar. Los cuatro aviones condenados del 11 de septiembre eran, en un sentido muy real, viajes de aceite de Gerin: los 19 secuestradores iban muy drogados en aquel momento. Históricamente, la intoxicación por Geriniol ha sido responsable de atrocidades como la caza de brujas de Salem y las masacres de sudamericanos nativos por los conquistadores. El aceite de Gerin alimentó la mayoría de las guerras de la europa medieval y, en tiempos más recientes, la carnicería que asistió a la partición del subcontinente de la India y, en una escala menor, a Irlanda.

La adicción al aceite de Gerin puede llevar a individuos anteriormente sanos a huir de una vida normalmente plena y retraerse en comunidades cerradas de las que quedan exluidos todos los que no son adictos confirmados. Estas comunidades están casi siempre limitadas a un sexo y prohíben vigorosamente, a menudo obsesivamente, la actividad sexual. Efectivamente, la tendencia hacia una angustiosa prohibición sexual emerge como tema recurrente y monótono entre todas las numerosas variedades de la sintomatología del aceite de Gerin. El aceite de Gerin no parece reducir la líbido por sí mismo, pero provoca con frecuencia un deseo lascivo de interferir en, y preferiblemente reducir, el placer sexual de otros. Un ejemplo actual es el horror con el que los consumidores de aceite de Gerin ven la homosexualidad, incluso cuando esta se manifiesta en relaciones amorosas duraderas.

Las dosis fuertes de aceite de Gerin pueden ser alucinógenas. Los drogadictos más extremos pueden llegar a oír voces en su cabeza, o tener visiones que parecen tan reales a los enfermos que a menudo consiguen convencer a otros de su existencia. Un individuo que confiese tener experiencias muy alucinatorias puede llegar a ser venerado, e incluso seguido como un tipo de líder, por otros que se consideran menos afortunados. Esa patología de seguimiento puede prolongarse mucho más allá de la muerte del líder, y expandirse en psicodelias grotescas como la fantasía caníbal de ``beber la sangre y comer el cuerpo'' del líder.

Las dosis grandes de Geriniol también pueden proporcionar ``malos viajes'', en los que el consumidor puede sufrir ilusiones y miedos mórbidos. Un ejemplo notable es el miedo a la tortura, no en el mundo real sino en un mundo fantástico posterior a la muerte. Los malos viajes de este tipo están acompañados de una cultura del castigo, que es tan característica de esta droga como el miedo obsesivo a la sexualidad comentado anteriormente. La cultura del castigo fomentada por el aceite de Gerin culmina en la siniestra fantasía inducida por la droga del ``alo-castigo'' -la creencia de que los individuos pueden y deben ser castigados por las malas acciones de otros (conocida en la viña del grupo como ``redención'').

Las dosis medianas de aceite de Gerin, aunque no son peligrosas en sí mismas, pueden distorsionar la percepción de la realidad. Creencias que no tienen ninguna base quedan inmunizadas contra la evidencia del mundo real por los efectos directos de la droga en el sistema nervioso. Se puede escuchar a los cabezas de aceite hablándole al aire o murmurando para sí, aparentemente en la creencia de que los deseos privados que se expresen así se harán realidad, aunque impliquen una violación alegre de las leyes de la física. Este desorden autolocutorio viene acompañado a menudo de tics extraños, gestos manuales u otros estereotipos, por ejemplo el balanceo rítmico de la cabeza contra una pared.

Como con muchas drogas, el aceite de Gerin refinado, en dosis pequeñas, es en gran parte inofensivo, e incluso puede servir como lubricante social en ocasiones como matrimonios, funerales y ceremonias de estado. Los expertos discrepan sobre si tal uso social, aunque inofensivo por sí mismo, es un factor de riesgo que puede conducir a formas más duras y adictivas de la droga.

El aceite de Gerin actúa sinérgicamente con la pérdida de sueño, la automutilación y la inanición. Se sabe que algunos adictos hacen abstinencia de alimentos, se fustigan la espalda o realizan otras ``penintencias'' como medio para mejorar la potencia de la droga. Las mutilaciones no se limitan a los propios consumidores. Varias subculturas basadas en el aceite de Gerin provocan lesiones rituales a sus propios niños, especialmente cuando son demasiado pequeños para resistirse. Estas mutilaciones involucran con frecuencia a los genitales.

Usted puede pensar que una droga tan potencialmente peligrosa y adictiva encabezaría la lista de sustancias prohibidas, y supondría sentencias ejemplares a los que traficasen con ella. Pero no, está disponible fácilmente en cualquier parte del mundo y ni siquiera se necesita receta. Los camellos profesionales son numerosos, y están organizados en cárteles jerárquicos, comercian abiertamente en las esquinas e incluso en edificios construidos a tal efecto. Algunos de estos cárteles son expertos en separar a sus clientes de su dinero. Sus ``padrinos'' ocupan posiciones influyentes en las altas esferas y reciben la atención de presidentes y primeros ministros. Los gobiernos no solo hacen oídos sordos al comercio, sino que le concenden la exención de impuestos. Peor aún, subvencionan a las escuelas que tienen la intención específica de enganchar a los niños.

Me pidieron que escribiera este artículo acompañado por la cara sonriente de un hombre muy feliz de Bali. Estaba acogiendo extáticamente la noticia de que iba a ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento por el asesinato brutal de un gran número de turistas inocentes a los que nunca había conocido. Algunos miembros del tribunal quedaron impresionados por su falta de remordimientos. Pero lejos de arrepentido, su humor era de obvia alegría. Alzó el puño en el aire, loco de alegría porque iba a ser ``martirizado'', utilizando la jerga de su particular subcultura de consumidores de aceite de Gerin. Porque, no le quepa la menor duda, esa sonrisa beatífica, mirando al pelotón de fusilamiento con puro placer, es la sonrisa de un yonqui. Aquí tenemos a un drogadicto arquetípico, drogado con aceite de Gerin duro, sin refinar, sin adulterar, de alto octanaje.

Es fácil considerar a la gente así como criminales, de los que necesitamos protegernos. Efectivamente, necesitamos protegernos de ellos. Pero el problema no surgiría en primera instancia si se protegiese a los niños de quedar enganchados a una droga con una prognosis tan mala para sus mentes adultas.