miércoles, junio 13, 2012

Un puente de hidrógeno intergaláctico

Las galaxias son enormes conjuntos de estrellas, gas, polvo y materia oscura, que se mantienen unidas mediante la gravedad. A su vez, las galaxias no están aisladas, sino que moran agrupadas en grupos de galaxias, llamados cúmulos, los cuales se extienden a lo largo de inimaginables cantidades de espacio.

Nuestra galaxia no es una excepción a la regla. La Vía Láctea forma parte de un cúmulo al que hemos llamado grupo local, en él habitan otras muchas galaxias. Las galaxias de un cúmulo permanecen unidas por el efecto de su gravedad, de hecho, debido a los tira y afloja que sufren unas galaxias respecto de otras, todas ellas realicen una danza cósmica que en algunas ocasiones hará que algunas galaxias pasen muy cerca unas de otras, o que incluso, lleguen a chocar unas con otras, ese es el destino que les depara a nuestra Vía Láctea y a la galaxia de Andrómeda, dentro de miles de millones de años ambas galaxias colisionaran en lo que probablemente sea el espectáculo más impresionante del grupo local.

CREDIT: Bill Saxton, NRAO/AUI/NSF
Pero estos encuentros cercanos no son sólo cosas del futuro, sino que ya han ocurrido en el pasado. En el año 2004 un grupo de científicos gracias al Westerbork Synthesis Radio Telescope encontraron lo que parecía ser un puente de hidrógeno entre las galaxias de Andrómeda y del Triángulo. En aquel entonces los resultados no parecían concluyentes. Parte de la comunidad científica realizó críticas al hallazgo poniendo en entredicho la existencia de ese puente de hidrógeno entre ambas galaxias.

El pasado 11 de Junio, el National Radio Astronomy Observatory comunicaba los resultados obtenidos desde el Green Bank Telescope. Resultados que fueron anunciados por Jay Lockman, Wolfe, D.J. Pisano, Stacy McGaigh y Edward Shaya en la reunión de la American Astronomical Society Estos últimos estudios confirman la existencia del puente de hidrógeno entre ambas galaxias. Las observaciones parecen indicar que este puente de hidrógeno es el resultado de un encuentro cercano hace miles de millones de años entre las galaxias de Andrómeda y del Triángulo.

Cuando dos galaxias pasan cerca una de la otra la fuerza de la gravedad de sus componentes puede deformar dichas galaxias. Las nubes de gas de una galaxia pueden sufrir el tirón gravitatorio de la otra, haciendo que dichas nubes se estiren hacia la otra galaxia. Con el paso del tiempo el resultado puede ser una especie de puente de hidrógeno que une ambas galaxias. Esto es lo que se piensa que ha pasado en el caso de las galaxias de Andrómeda y del Triángulo.