miércoles, septiembre 23, 2009

Alcohol, decisiones y neuronas.

Una nueva investigación, pretende arrojar luz sobre la influencia que puede tener la ingesta de alcohol durante la juventud en la toma de decisiones futuras. Ilene Bernstein, neurocientífica de la Universidad de Washington, forma parte del equipo que ha diseñado un experimento para observar la influencia de la ingesta de alcohol en la toma de decisiones futuras, sus resultados aparecen esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences.

El experimento se ha llevado a cabo usando ratas, las cuales se han distribuido en dos grupos, uno de ratas bebedoras y otro de abstemias. Los investigadores se las han arreglado para engañar a las ratas bebedoras y hacer que éstas bebieran alcohol, ya que de por sí las ratas no son consumidoras. Las ratas bebedoras han estado bebiendo durante 20 días, y aunque bebían bastantes veces al día, lo hacían de tal manera que las ingestas quedaban espaciadas, por lo que nunca se las llegó a ver borrachas.

Para comprobar la influencia de si la ingesta de alcohol conlleva la toma de decisiones de mayor riesgo, el equipo utilizó dos dispositivos con sendas palancas cada uno de ellos. Al accionarse la palanca de uno de los dispositivos (A), se obtiene una recompensa en forma de bolas de azúcar, mientras que al accionar la palanca del otro dispositivo (B), se obtiene una mayor recompensa en bolas de azúcar, pero la frecuencia con la que se obtiene dicha recompensa al accionar la palanca B, suele ser mucho menor que la del otro dispositivo. Se realizaron varias sesiones, algunas de las cuales se diseñaron para que el dispositivo A fuera el más rentable y en otras se diseñaron para que lo fuera el B.

Los resultados obtenidos son realmente curiosos, mientras las ratas abstemias siempre conseguían adaptar su estrategia de forma acertada, las ratas bebedoras, tres meses después de su última ingesta de alcohol, siempre preferían accionar el dispositivo B, aun cuando era mucho menos rentable. Parece ser que la ingesta de alcohol produce una tendencia a tomar decisiones de riesgo, aun cuando se haya dejado de tomar hace tiempo.

¿Qué decir sobre la ingesta de alcohol de nuestros jóvenes? ¿Podría la ingesta de alcohol en la juventud producir una tendencia a tomar decisiones de riesgo en el adulto? Es difícil extrapolar los datos, ya que la condiciones genéticas y la influencia del ambiente son mucho más complejas en los humanos que en las ratas. No obstante, Bernstein piensa que sí es posible que exista dicha influencia. La región del cortex prefrontal es la involucrada en el proceso de la toma de decisiones, y durante la adolescencia todavía está madurando. Además el alcohol parece ser perjudicial para el desarrollo de sistemas nerviosos, como mostraron en el año 2000 el neurocientífico John Olney de la Universidad de Washington en St. Louis, y el neurólogo Chrysanthy Ikonomidou, de la Universidad Humboldt en Berlin, ambos examinaron los efectos del alcohol en dos receptores del cerebro, su investigación se publicó en Science.

Los receptores estudiados fueron el receptor de NMDA y el receptor de GABA. Para el estudio utilizaron ratas de dos meses de edad, en dichas ratas el desarrollo del cerebro es análogo al que sufre un feto humano en su tercer trimestre de embarazo. Si se activan los receptores de GABA o se bloquean los receptores de NMDA se consigue una amplia muerte neuronal. Cuando los investigadores suministraron alcohol a las ratas, obtuvieron un patrón de muerte neuronal similar al que se obtiene bloqueando y activando dichos receptores. El alcohol también parece influir en la generación de nuevas neuronas. En este caso el estudio fue presentado en la Society for Neuroscience en 2001, fue realizado por Kim Nixon y Fulton Crews de la Universidad de Carolina del Norte. El objeto de estudio fueron otra vez dos grupos de ratas, en las que se estudio la influencia del alcohol en la generación de nuevas neuronas en el hipocampo. Los resultados fueron contundentes. Organizaron dos grupos de ratas, uno al que se le suministro alcohol y otro al que se le suministro la misma cantidad pero de agua con azúcar, al examinar la mitad de las ratas justo después de que se les pasara la “borrachera”, observaron que las ratas abstemias habían generado unas 2500 neuronas nuevas, mientras que las ratas “borrachas”, sólo consiguieron generar el 57% de las 2500, y no sólo eso, sino que al analizar las ratas restantes un mes después pudieron comprobar que las abstemias habían perdido aproximadamente el 50% de las neuronas generadas, pero las ratas borrachas habían perdido prácticamente todas.

A veces se olvida que el alcohol es una droga como cualquier otra, legal, sí, pero una droga al fin y al cabo, no estaría de más saber las consecuencias que puede tener sobre nuestros cerebros, al fin y al cabo ellos son lo más valioso que tenemos, sin ellos no seríamos como somos, ni siquiera seríamos personas.


Ismael Pérez Fernández.