martes, junio 07, 2011

Escepticismo sobre los productos naturales

En nuestra sociedad miremos donde miremos nos vamos a encontrar con etiquetas "bio" o "eco", el ecologismo ha dejado de ser un movimiento marginal para pasar a ser un movimiento ampliamente extendido. Pero como siempre suele suceder, las pseudociencias y la anticiencia lo contaminan. La cuestión es ¿es realmente ecológico todo lo que nos dicen qué lo es? O mejor aun ¿todo lo que es denunciado por el movimiento ecologista tiene una base científica o más bien es simple ideología? Responder a estas preguntas requiere tener unos conocimientos amplios, que por desgracia no tenemos todos a mano, pero por fortuna siempre alguien que los tiene y puede escribir y divulgar las respuestas a esas y otras cuestiones.

El próximo libro de la colección ¡Vaya timo! de la editorial Laetoli, está escrito por JM Mulet, compañero de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. En "Los productos naturales ¡vaya timo!" Mulet afronta esas difíciles cuestiones. ¿Cuánto hay de ciencia y cuanto de pseudociencia detrás de todo lo que nos dicen que es natural y ecológico? Para saberlo sólo tenemos que esperar entre una y dos semanas, es el tiempo que tardará el libro en llegar a las librerías. Un libro que a buen seguro va a levantar polémica. Os dejo en primicia un breve fragmento que me pasan desde la editorial y que resume el objetivo del libro:

Este libro —escribe el autor— se centra en analizar los productos "naturales" o "ecológicos" que nos ofrecen en diferentes aspectos de la vida cotidiana (alimentación, salud, hogar y energía), y valorar si realmente son tan efectivos como prometen o si contribuyen a cuidar nuestro planeta. Todo esto sin olvidar si el problema que pretenden solucionar es realmente tan grave como lo pintan, o si la mejora que ofrecen frente a un producto convencional justifica el aumento de precio, a veces desmesurado. Los productos naturales ¡vaya timo! está pensado para aportar argumentos para que, como consumidores, no nos tomen el pelo, es decir, no nos timen


Ismael Pérez Fernández.

Cuando crees que no puede empeorar, empeora

Primeras horas de la mañana y uno decide darse un paseo por la prensa a ver que se cuece. Al poco me encuentro con este titular Médicos alemanes encuentran una 'cura' para la homosexualidad en el periódico El Mundo. No puedo evitar preguntarme si realmente semejante disparate debería ser noticia o sí más bien el periodista debería haber obviado semejante tontería. O al menos podía haber realizado un análisis crítico de las pretensiones de estos pseudomédicos, sí pseudomédicos, ahora veréis por qué.

No obstante empiezo a leer la noticia y la cosa va de mal en peor. El grupo de médicos conocidos como la BKA (médicos católicos alemanes) que ha desarrollado esta tontería digo “cura”, dice que es un hallazgo científico, y ya no se si reír o llorar. Pero el grado de lobotomía cerebral sigue en aumento ya que según se recoge en el periódico dicen:

Si bien no es de un verdadero remedio, porque reconocen que no estamos ante una enfermedad


¿De verdad se puede decir que se ha desarrollado una cura para curar algo que no es una enfermedad y por lo tanto no hay nada que curar sin que se te cortocircuiten las neuronas? Pero el remate llega un par de líneas más abajo:

El tratamiento consiste en una combinación de curas homeopáticas, psicoterapia y consejos religiosos


Y los que lo proponen se hacen llamar médicos, esto es de locos, como se puede observar el termino pseudomédico es mucho más apropiado. No tienen ningún rubor en reconocer que han usado la biblia y los pseudoestudios de Hahnemann para desarrollar lo que quiera que han desarrallodo. A ver si el problema va a estar en las cabezas de estos médicos en lugar de en los homosexuales.

En el artículo se cita lo que dice el BKA en su web:

Sabemos de muchas personas con inclinaciones homosexuales que se encuentran en dificultades y sufren mucho. Si alguien es infeliz, enfermo o se siente en momentos de tribulación, debe saber que nosotros podemos ayudarlo


Claro, claro, a lo mejor si no hubiera tanto homófobo disfrazo de médico y diciendo sandeces, si no se discriminará a la gente por sus preferencias sexuales y amorosas, pues a lo mejor, no habría tanta tribulación.

Lo dicho, cuando crees que no puede empeorar, empeora. Como se suele decir, por favor que paren el mundo que yo me bajo.

Ismael Pérez Fernández.