lunes, abril 02, 2012

Con defensores así ¿quién quiere enemigos?

El defensor del lector de “El País” se hace eco de las quejas de un lector por el hecho de incluir el horóscopo en el suplemento SModa. El problema es que al leer al “defensor” a uno no le queda claro a quien está defendiendo.

El artículo del defensor del lector incurre en dos falacias. La primera de ellas es que da espacio a Empar Prieto, directora editorial de la revista para su justificación sobre la inclusión de la astrología. Y después cita a lo que dicen astrónomos como Javier Armentia o el catedrático de Astronomía de la Universidad Complutense Miguel Sevilla de Lerma. Esto ya es una técnica habitual, cuando hay dos posiciones enfrentadas se suele caer en la falacia de que ambas necesitan el mismo espacio, y que por supuesto la verdad debe estar en algún punto intermedio. Nada más lejos de la realidad, cuando hay dos posturas enfrentadas bien puede ser que la verdad esté en una de ellas, o en un punto intermedio, o en algo que no se le parezca ni remotamente. Por fortuna estamos en el siglo XXI, a estas alturas algo sabemos del universo. Entre otras cosas sabemos que la astrología es una pseudociencia que no aporta nada. Nació junto con la astronomía, es más, en un principio estaban tan mezcladas que era imposible diferenciarlas, pero el tiempo pasó, y se separaron. Mientras la astronomía no ha parado de aportar conocimiento a la humanidad, la astrología se ha dedicado a decir banalidades que no han aportado nada.

Si sabemos que de las dos posturas una es indefendible ¿a qué viene su justificación? Es como si entre la postura de si los niños los traen las cigüeñas o proviene de las relaciones sexuales de los padres tuviéramos que decir, “eh,eh, démosle espacio a las dos posturas para que se expliquen” o entre las posturas de si la Tierra es plana o no lo es. Ni la Tierra es plana, ni lo niños los traen las cigüeñas, ni la astrología predice el futuro ni mucho menos describe acertadamente a las personas. La verdad, en estos casos no está en algún punto intermedio políticamente correcto.

Por si esto fuera poco, la justificación de Empar Prieto de la inclusión de la astrología no tiene desperdicio:

De todas formas, sí se tuvo cuidado en elegir a una persona de prestigio en el mundo de la astrología. Susan Miller es la astróloga de referencia en Estados Unidos. Lleva 25 años escribiendo al respecto. Su web tiene seis millones de usuarios únicos y 15 millones de páginas vistas como promedio mensual. Miller tiene un enfoque particular de la astrología, de la que dice que ‘no es un libro de autoayuda’ y más bien la define como ‘una herramienta de información más’

Y tras este triste párrafo no hay la más mínima crítica por parte del defensor del lector. ¿No debería el defensor del lector ser crítico y tirar de las orejas al periódico cuando es preciso? Porque tras leer esto da la sensación de que estamos ante un sostenella y no enmendalla más que ante una defensa del lector.

Empar Prieto intenta justificar que lo que hacen es serio, han seleccionado a la astróloga de referencia en EEUU, ¿pero donde están los trabajos científicos que avalan sus acertadas predicciones? En ningún sitio, así que lo que tenemos es simplemente que mucha gente cree lo que dice esa astróloga, argumento que Empar Prieto repite en el mismo párrafo, el aval no es más que la página web de la astróloga es muy visitada, menudo criterio de selección. No deja de ser sorprendente que la directoria editorial de una revista como es Empar Prieto caiga con tanta facilidad en el uso de falacias lógicas. Ésta en concreto se conoce como ad populum. Es decir, se piensa que el mero hecho de que mucha gente crea en algo hace que ese algo sea cierto. Pero no importa que mucha gente crea algo, ¿pueden equivocarse millones de personas? La respuesta es sí, de hecho, a lo largo de la historia millones de personas se han equivocado flagrantemente y no hace falta ser doctor en historia para saberlo. ¿Cuánta gente creía que la Tierra era plana? ¿Cuánta gente creía que el Sol giraba en torno a la Tierra? La respuesta es prácticamente todo el mundo y como sabemos estaban equivocados hasta la médula.

Por último voy a destacar una frase que escribe el defensor del lector:

El combate de la ciencia contra este tipo de literatura viene de lejos.

Esto ya raya el absurdo, ahora resulta que las predicciones astrológicas son literatura, deduzco que con en esa línea de razonamiento también se dirá que las predicciones meteorológicas son también literatura ¿o no? En fin, parece que aquí la gente piensa que podemos usar una obra de literatura como es el Hobbit como una herramienta de información más sobre biología. El ejemplo no es desproporcionado, el Hobbit es una obra de ficción (de hecho es uno de mis libros favoritos) si se quiere argumentar que la astrología es algo distinto que la ficción y fabulación que algunos se montan en su cabeza se tendrá que demostrar de forma rigurosa que ese es el caso, pero claro, la astrología al ser una pseudociencia huye de la ciencia como de la peste. Recordemos que la ciencia es la metodología más rigurosa a la hora de tratar de saber que hay de cierto o no, en las afirmaciones referentes a cómo es el mundo.

Como de costumbre le rey sigue yendo desnudo, lo sorprendente y lamentable es que todavía tengamos que seguir señalándolo.