martes, septiembre 28, 2010

Aristóteles

Había dejado aparcada la colección de “Historia del Pensamiento” escrita por el filósofo Jesús Mosterín.

La he retomado con el tomo de Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de toda la historia. Mosterín nos ofrece una mirada fresca al trabajo de Aristóteles, al cual, podemos calificar sin miedo a equivocarnos, como pensador incansable e insaciable. Aristóteles escribió sobre numerosos temas, en concreto escribió sobre la poética, la retórica, la dialéctica, el lenguaje, la lógica formal, la ciencia, el cambio, la cosmología, la zoología, los principios, la ontología, la teología, la ética y la política, ¿alguien da más?

Hoy en día es fácil ver los aciertos y fallos del filósofo, algo lógico y comprensible puesto que hemos nacido unos 2300 años después que él y hemos acumulado mucho conocimiento en este tiempo, por lo que es fácil ver los fallos de pensadores tan tempranos. La cuestión es ¿alguno de nosotros en esa época podríamos haber ni tan siquiera igualado la actividad de Aristóteles? Lo más seguro es que no. Lo que si se le puede recriminar a Aristóteles es que a veces se mostraba demasiado crédulo con el testimonio de los demás y con sus propias conclusiones. Como se pone de manifiesto en la afirmación sobre el número de dientes que tiene la hembra y el macho, este es un error bastante conocido que probablemente conozcáis. Para los que no hayáis oído nada al respecto el error lo cometió Aristóteles en su obra Historia de los animales, donde afirmaba:

Los machos tienen más dientes que las hembras, tanto entre los humanos como entre las ovejas, las cabras y los cerdos

Resulta sorprendente que no lo comprobara, máxime cuando le hubiera sido ciertamente sencillo ya que estaba casado, hubiera bastado con que contara los dientes de su mujer.

No obstante, aun con sus fallos no podemos dejar de maravillarnos ante la magna obra de Aristóteles, un pensador infatigable que aporto mucho a la historia del pensamiento. Un filosofo sobre los que muchos otros se erigieron para realizar sus propias aportaciones, ya fueran estas acertadas o no. Probablemente le debemos más de lo que pensamos.

Ismael Pérez Fernández.