
Corría el año 1054, de pronto, en el firmamento una nueva estrella hacía su aparición. Una estrella con un brillo descomunal que la hacia visible incluso en pleno día. A este tipo de fenómenos se les dio el nombre de supernovas, es decir, una estrella nueva, lo de "super" era para indicar su espectacular brillo. No obstante, la realidad detrás de estos fenómenos es exactamente la contraria a la que se creía. Las supernovas no son nuevas estrellas...