martes, junio 14, 2011

El plan maestro

El plan maestro, un libro muy pero que muy interesante. La autora, Heather Pringle, nos cuenta la relación profunda que tenía el régimen nazi de Hitler con la pseudociencia, de hecho, el subtítulo del libro es esclarecedor:"Arqueología fantástica al servicio del régimen nazi".

El libro nos habla de los intentos de Himmler por dar una pátina científica a las pretensiones ideológicas del tercer Reich. Himmler, director de las SS, creo la Ahnenerbe, una institución supuestamente científica que se encargaría de investigar el pasado para demostrar que las locas creencias del régimen y principalmente las de Himmler, eran correctas, otorgando así cierta legitimidad a las acciones de guerra y de limpieza étnica que empezó a llevar a cabo la Alemania nazi.

Himmler estaba convencido de que los alemanes eran descendientes de una raza aria pura que había vivido en el norte, los cuales eran los creadores de toda la cultura, la escritura, la agricultura, etc. tenía todo su origen en ellos. Claro está que esto chocaba y sigue chocando con lo que nos cuenta la ciencia y la aparición de la agricultura y la escritura en las zonas del creciente fértil. Es por eso, que no duda en fundar la Ahnenerbe con la intención de impulsar investigaciones científicas que encuentren las verdaderas raíces de la humanidad. En este momento es cuando asistimos al que posiblemente ha sido uno de los mayores despliegues pseudocientíficos de todos los tiempos. No se hace ciencia, sino pseudociencia, se entra en un todo vale, se confunden creencias y visiones de iluminados con pruebas de un remoto pasado ario, se recurre al testimonio de brujos y chamanes, los disparates se suceden uno tras otro, a veces te entran ganas de reír de no ser porque sabemos lo atroz que fue el régimen nazi.

Entre algunos de los disparates podemos encontrar la búsqueda de un continente desaparecido de donde serían originarios los arios, ¿sabéis el nombre de ese continente? Exacto, la Atlantida. De hecho, la Ahnenerbe llega a realizar expediciones a las Islas Canarias, porque se supone que son los restos de la Atlantida. Otra creencia de Himmler es que la forma de vida urbanita es lo que ha conllevado esa degradación de la raza aria por lo que hay que volver a vivir en pequeñas comunidades y aislados en el campo (¿no os suena esto de creencias new age?)Algo que como sabemos puede ser peligroso a la hora de enfrentarse a pandemias. Pero la creencia más descabellada, la que se lleva la palma, es la creencia de que el martillo de Thor no es un mito sino que fue una herramienta real, una demostración del profundo conocimiento que tenían los primeros arios de la electricidad.

Entre disparate y disparate, entre expediciones a los distintos rincones del mundo buscando los vestigios de ese origen ario, también asistimos a los lazos de realimentación entre la pseudociencia de la Ahnenerbe y las atrocidades del tercer Reich. Uno de los trabajos de la Ahnenerbe era poder clasificar racialmente a los judíos, para lo cual los integrantes de la misma querían tener una buena cantidad de esqueletos en perfectas condiciones para realizar estudios. Aquí podemos ver como los campos de concentración y los distintos servicios del régimen se ponen a trabajar para dotar a la Ahnenerbe de esos esqueletos, los detalles os los ahorro pero os podéis imaginar como se obtuvieron esos esqueletos.

El libro es una muestra de cómo las ideologías pueden pervertir a las personas hasta tal punto de que no importa, inventar datos, no importa confundir realidad y mito, no importa inventar pruebas, no importa asesinar inocentes con tal de alcanzar el objetivo, demostrar que su ideología es correcta, algo que como ya sabemos no se consiguió nunca.

El libro es ameno, interesante y fácil de leer ya que la autora le ha dotado de un estilo que en muchas ocasiones hace que se lea como si de una novela se tratase. Si alguna vez os habéis preguntado si la pseudociencia es peligrosa leeros este libro, os disipara todas las dudas. La pseudociencia tergiversa la historia, la realidad, e incluso mata.

Ismael Pérez Fernández.