miércoles, enero 14, 2009

TANTAS ESTRELLAS TANTAS TIERRAS.(II)

Segunda parte de un artículo publicado originalmente en cienciteca.com

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

Actualmente las esperanzas de encontrar alguna forma de vida aunque sea fosilizada están puestas en nuestro vecino Marte. Y en el futuro inmediato es probable que se intente buscar en el océano que se supone existe bajo la superficie congelada de un satélite de Júpiter, llamado Europa. Pero también se han hecho esfuerzos por enviar mensajes a otras posibles civilizaciones. Los primeros intentos en esta dirección se dieron con las sondas Pioneer X y XI. Que son los primeros objetos fabricados por la humanidad que han salido del Sistema Solar. A bordo de dichas sondas van colocadas unas placas con información sobre el Sistema Solar, por si se diera la casualidad de que fueran interceptadas por alguna civilización extraterrestre.

En dichas placas se pueden observar los dibujos de un hombre y una mujer encima de la silueta de la sonda espacial. A su izquierda se puede observar la posición del Sistema solar respecto de los pulsares más luminosos. Debajo hay una representación esquemática del Sistema Solar en la que se señala el planeta del que proviene la sonda.

En otras dos sondas las Voyager I y II se incluyeron sendos discos de oro. En una de sus caras van indicadas las instrucciones para poder reproducir el disco. En éste, van grabados mensajes en todos los idiomas que se hablaban en ese momento en nuestro planeta. También grabaron diversos sonidos. Desde el producido por la erupción de un volcán hasta el sonido de un beso de una pareja de enamorados. Incluyeron además una colección de 116 imagines de la Tierra. Estos mensajes recuerdan a los que se introducían en las botellas antiguamente y se lanzaban al mar. Tal vez dicen mucho de nuestro afán de superación, pero su probabilidad de éxito es escasa.

¿Es que no existe un método más eficaz de enviar mensajes?¿Y de recibirlos? Por sorprendente que pueda parecer, resulta que dicho método sí existe. El método en cuestión consiste en usar las ondas de radio. Los primeros en proponer que la tecnología de las comunicaciones estaba lo suficientemente desarrollada como para permitir contactos interesterales fueron Giuseppe Cocconi y Philip Morrison. En 1959 publicaron dicho trabajo. En el cual elegían como frecuencias para la comunicación interestelar las situadas entre 1400MHz (mega hertzios) y 1700 MHz. La elección de estas frecuencias es debido a que es donde menos ruido radioeléctrico hay. Por lo tanto la comunicación es más viable. Ese ruido es debido a varios factores, la radiación de fondo, las radio galaxias y como no, a las propias estrellas ya que estas además de emitir luz, también emiten otras ondas electromagnéticas, entre ellas ondas de radio. Quiero recordar que las ondas de radio, el infrarrojo, la luz visible, el ultravioleta, los rayos X, y los rayos gamma son todos la misma cosa, son solo ondas electromagnéticas. Lo único que diferencia unas de otras es lo rápido que oscilan, es decir su frecuencia. Dentro de la luz visible lo que hace que veamos distintos colores es que cambia la frecuencia de las ondas, es decir que las ondas de radio, infrarrojo etc. son colores que no vemos.

En 1975 la humanidad envió su primer mensaje a las estrellas. La emisión se realizo desde el radio telescopio de Arecibo que es el más grande del que disponemos. El mensaje se envió a M13 que es un cúmulo globular que se encuentra situado a unos 26000 años luz en la dirección de la constelación de Hércules. De modo que si existe alguna civilización que pudiera captar el mensaje la respuesta nos podría llegar como muy pronto en unos 52000 años. En el mensaje se envió diversa información codificada en binario. Por ejemplo el numero de nucleótidos del ADN, la estructura química de los componentes del ADN, los números del 1 al 10, el tamaño del ser humano así como una representación del mismo, la población de la Tierra, incluso se envió el diámetro del radiotelescopio de Arecibo.

No obstante los mayores esfuerzos se han dirigido a la escucha, es decir apuntar nuestros radiotelescopios al cielo y ver si captamos alguna señal de origen extraterrestre. Aunque hay diversos proyectos científicos que se dedican a dicha escucha se los suele conocer a todos ellos bajo las siglas de SETI, que son las siglas de <> es decir búsqueda de inteligencia extraterrestre. De entre todos estos proyectos cabe destacar por su original iniciativa el denominado SETI@home dirigido por la Universidad de Berkeley. Lo curioso de este proyecto es que puede colaborar todo el que quiera. El funcionamiento básico es como sigue :

Todas las señales que llegan al radiotelescopio se graban. A continuación todos esos datos se dividen en pequeños paquetes de información no superiores a unos 351Kbytes. Estos paquetes de datos son enviados vía Internet a la los internautas que quieran colaborar en el proyecto. Los internautas lo único que tienen que hacer es descargarse de la web oficial del proyecto un pequeño programa que se instalan en su ordenador. Dicho programa analiza los datos que le lleguen desde Arecibo, una vez acabado dicho análisis envía los resultados obtenidos.

La ventaja de este proyecto es que se puede analizar mucha más información en menos tiempo. Actualmente hay 4.718.719 internautas colaborando en el proyecto SETI@home. La respuesta ha sido tan contundente que se están desarrollando programas basados en esta técnica para luchar contra el cáncer. De momento ni éste ni otros proyectos han captado una señal de origen extraterrestre. Pero nadie dijo que fuera fácil. Muchos opinan que es como buscar una aguja en un pajar y razón no les falta. Pero, ¿quién tiene más probabilidades de encontrar la aguja? ¿El que se queda fuera o el que entra en el pajar a buscar?

Ismael Pérez Fernández.

-VÁZQUEZ ABELEDO, Manuel y MARTÍN GUERRERO DE ESCALANTE, Eduardo. La búsqueda de vida extraterrestre. Madrid: McGraw Hill, 2006.
- GALADÍ-ENRÍQUEZ, David y GUTÍERREZ CABELLO, JordI. Astronomía general. Barcelona: Omega, 2001.
- PÉREZ OCA, Miguel Ángel. Giordano Bruno. El loco de las estrellas. Equipo Sirius.
- SABADELL, Miguel Ángel. El hombre que calumnio a los monos. Y otras curiosidades de la ciencia. Acento.
- RUIZ DE GOPEGUI, Luis. Mensajeros Cósmicos. Ciencia y enigma de los extraterrestres. McGraw Hill.
- http://setiathome.ssl.berkley.edu