miércoles, febrero 29, 2012

El fin de los mayas y la escasez de precipitaciones

Los mayas son una civilización que está y probablemente estará de moda durante todo este año. La causa de esto es la superstición y la pseudociencia. Como bien saben existe la creencia de que los mayas predijeron el fin del mundo, el cual sucederá el próximo 21 de diciembre. Obviamente no hay nada de cierto en esto. Los mayas nunca predijeron el fin del mundo, simplemente sucede que su calendario de cuenta larga llega a un fin de ciclo, vamos, que sencillamente el calendario se acaba. ¿Qué sucede cuando se acaba un calendario? Nada, sencillamente solemos coger el calendario del siguiente ciclo, en nuestro caso ese ciclo es un año, si la civilización Maya todavía existiera probablemente celebraría el fin de ese ciclo y prepararían el calendario del siglo siguiente, eso es todo.

Credit: Professor Medina-Elizalde
Todo esto del fin del mundo es un sin sentido. Es ridículo pensar que los mayas pudieron prever el fin del mundo varios siglos adelante en el tiempo y al mismo tiempo no fueron capaces de ver el fin de su propia civilización, es sencillamente ridículo.

¿Qué le sucedió a la civilización Maya? ¿Cuáles fueron las causas de su desaparición? La semana pasada se hacía público el trabajo dirigido por el profesor Martín Medina-Elizalde del Yucatan Center for Scientific Research en Mexico y Eelco Rohling de la Universida de Southampton. El trabajo apareció con el título Collapse of Classic Maya Civilization Related to Modest Reduction in Precipitation, en la prestigiosa revista Science.

Este estudio pone de relieve que una de las causas de la desaparición de la civilización de los mayas fue la reducción en las precipitaciones. Las precipitaciones se redujeron entre un 25 hasta un 40% anualmente. Esta reducción fue suficiente para que la cantidad de agua evaporada superara la recibida por las precipitaciones, la consecuencia es que la disponibilidad de agua se vio fuertemente reducida.

Según parece esta reducción en las precipitaciones afectó sobre todo a la actividad de las tormentas en verano, época donde los mayas realizaban el cultivo y el reaprovisionamiento de agua. Si a la ausencia de ríos en la región del Yucatán se añade la reducción de precipitaciones, el resultado es una situación que a la larga era insostenible, la ausencia de agua pudo disparar el abandono de las ciudades mayas.

Sabiendo esto, ¿resulta creíble que los mayas no predijeran esto y si en cambio el fin del mundo? Evidentemente no. Los mayas, como demuestra su desaparición, no pudieron predecir la reducción en las precipitaciones que los puso contra las cuerdas, es decir, no eran capaces de predecir el futuro.

Una vez más la ciencia se nos muestra interesante y apasionante ofreciendo explicaciones que nos ayudan a entender el mundo, en cambio, la superstición, la pseudociencia y sus demás amigas, simplemente buscan la anécdota, lo espectacular pero siempre faltando a la verdad.

El casco de Thor en el firmamento

En la zona de la constelación del Canis Maior, a unos 15000 años luz de nuestro hogar planetario podemos encontrar esta nebulosa conocida con el nombre de "El casco de Thor":

Credit & Copyright: Star Shadows Remote Observatory and PROMPT/UNC
(Steve Mazlin, Jack Harvey, Rick Gilbert, and Daniel Verschatse)

Lo descubrí vía Sapce.com las imágenes las encontré en Astronomy Picture of the Day.

El mordisco más letal del planeta



Imagino que todos hemos disfrutado más o menos con películas como Parque Jurásico. A todos se nos puso el corazón en un puño cuando el temible Tyrannosaurus Rex entra en escena y empieza a perseguir a los protagonistas, lanzando dentelladas y embestidas, abriendo su imponente boca y enseñando todos esos mortíferos dientes que la adornan. Todos imaginamos que la mordedura de semejante leviatán debe ser tremenda, ¿cómo de fuerte era la mordedura de un T.Rex? Gracias a la investigación realizada por científicos de la Universidad de Liverpool y Manchester hoy tenemos la respuesta.

K. T. Bates y P. L. Falkingham han publicado su trabajo en la revista Biology Letters, la cual es editada por la Royal Society. El título del artículo es Estimating maximum bite performance in Tyrannosaurus rex using multi-body dynamics. Lo primero que han encontrado es que las estimaciones de la fuerza que el T.Rex pudo llegar a desarrollar con sus mordiscos estaban infravaloradas. Anteriormente se estimaba que la fuerza podía ir desde los 8000 Newtons(N), hasta los 13400 N, pues bien, tras el trabajo de Bates y Falkingham sabemos que en realidad el T.Rex podía llegar a desarrollar una fuerza con sus mordisco que va desde los 20000 a los 57000 N. Es posible que expresado así no seamos capaces de hacernos una idea de la fuerza que eso implica, veamoslo con una sencilla comparación.

Una fuerza de 20000N, es la fuerza que habría que hacer para levantar el peso de un objeto de más de 2000Kg y una fuerza de 57000N, es la fuerza necesaria para levantar un objeto de más de 5700 Kg. Tras el estudio se puede concluir que el mordisco de un T.Rex es el mordisco más poderoso que ha existido a lo largo de la historia del planeta Tierra.

Para realizar su estudio Bates y Falkingham introdujeron en un modelo informático todo el conocimiento que se tiene sobre el esqueleto del T.Rex junto con los principales parámetros anatómicos y fisiológicos que determinan las características del mordisco. Con este modelo pudieron determinar la fuerza de un mordisco del T.Rex y lo han podido comparar con el de otros animales.

Con estos nuevos conocimientos sobre el poderoso mordisco del T.Rex parece que Michael Crichton hizo bien en elegirlo como uno de las amenazas más peligrosas a las que tienen que enfrentarse los protagonistas de Parque Jurásico.