jueves, diciembre 10, 2009

Los móviles y el cáncer

La creencia de que los teléfonos móviles, en concreto que las ondas electromagnéticas usadas por los servicios de telefonía móvil causan cáncer, está ampliamente extendida, pero la cuestión no es lo que creemos o dejamos de creer, la cuestión es ¿realmente la telefonía móvil genera cáncer? Desde un punto de vista físico no parece posible, por no decir imposible. Me explico, las ondas utilizadas en telefonía móvil son microondas, es decir, ondas electromagnéticas cuya frecuencia se encuentra entre 1 GHz y 300 GHz, pues bien, estas frecuencias están muy por debajo de las frecuencias que pueden ionizar moléculas, es decir, arrancarles electrones a las mismas y por lo tanto modificar así la forma de la molécula o los enlaces que ésta esté formando. Las frecuencias que pueden ionizar moléculas están por encima del ultravioleta, es decir, unos 750 Tera Hertzios (THz).

Probablemente la creencia se sustente en un miedo irracional a lo que no se entiende, además de una nula compresión de la física y por supuesto la experiencia cotidiana de conocer alguien que usa el teléfono móvil y ha desarrollado un cáncer, aunque hoy en día, lo realmente extraño es encontrar a alguien que no use el móvil.

Planteémonos la siguiente cuestión ¿por qué nadie afirma que la luz visible crea cáncer? Los fotones de la luz visible son mucho más energéticos que los fotones de microondas, si creemos que los fotones de microondas crean cáncer, ¿por qué no creemos que también crean cáncer los fotones de la luz visible, máxime, cuando estos son mucho más energéticos? La energía de un fotón viene dada por la siguiente expresión:

E=hf

Donde h es la constante de Planck y f la frecuencia asociada al fotón, recordemos que toda onda es una partícula y toda partícula es una onda, sí, la mecánica cuántica es así de rara. Llamemos Ev, fv a la energía y frecuencia de un fotón de luz visible y Em, fm a la energía y frecuencia de un fotón de microondas, es fácil calcular la relación entre ambas energías:



La frecuencia más alta de las microondas usadas para comunicaciones de telefonía móvil es de 3 GHz y la más baja de la luz visible es de unos 620 THz, por lo tanto, ¡los fotones de la luz visible son más de 206000 (206666 si no me fallan los cálculos) veces más energéticos que los de microondas! Si no creemos que estos fotones creen cáncer, ¿por qué creemos que si lo hacen los de microondas?

Llegados a este punto, espero que al menos se haya despertado el escepticismo del lector hacia esta creencia del cáncer y los teléfonos móviles. Pero, ¿qué dicen los estudios científicos realizados al efecto? Pues parecen apuntar que la creencia es totalmente infundada. El último de esos estudios es el aparecido recientemente en Journal of the National Cancer Institute, el cual está realizado por Isabelle Deltour, Christoffer Johansen, Anssi Auvinen, Maria Feychting, Lars Klaeboe, Joachim Schüz y lleva por título “Time Trends in Brain Tumor Incidence Rates in Denmark, Finland, Norway, and Sweden, 1974–2003”, en el mismo se ha estudiado la incidencia de dos tipos de tumores cerebrales, los gliomas y los meningiomas. El estudio concluye que no se ha hallado ningún aumento en la incidencia de estos tumores en el período que va desde 1998 a 2003, periodo durante el cual se debería haber encontrado alguna influencia del uso de teléfonos móviles en el caso de haber existido.


Ismael Pérez Fernández.