Si ayer comente la entrada del creacionismo en las clases de ciencias en los institutos del estado de Luisiana, hoy me he encontrado con una desagradable noticia, que la verdad sea dicha, tampoco es que sea realmente sorprendente.
Recientemente hemos sido testigos del flamante fichaje que ha hecho McCain para ocupar la vicepresidencia, suponiendo que gane las elecciones. En todos los telediarios nos han relatado las virtudes de la elegida, Sarah Palin. Pero como dice el dicho popular, no todo el monte es orégano. En WiredScience podemos leer que la señora Palin esta a favor de que el creacionismo entre en las clases de ciencias, según se recoge en el mencionado blog, Palin afirma textualmente “soy partidaria de que se enseñen los dos”, es decir, que se enseñe la evolución (teoría sintética de la evolución es el nombre correcto) y el creacionismo.
El argumento que estoy viendo últimamente entre los creacionistas, es más o menos el siguiente: “¿que hay de malo en que se debata en clase?”, así dicho no parece que haya nada de malo, siempre y cuando después del debate se le aclare al alumnado que no hay ni una sola prueba a favor del creacionismo y que tanto el creacionismo como su disfraz “El diseño inteligente” no son teorías científicas, y que el concepto de teoría científica nada tiene que ver con el significado mundano que solemos darle a esa palabra.
Pongamos un ejemplo, imaginemos que un grupo numeroso quiere que en clase de ciencias se debata sobre la esfericidad o planicidad de la Tierra, ¿qué hay de malo en el debate? Nada, salvo que es una perdida de tiempo. Tiempo que se puede aprovechar para aprender cosas más interesantes, lo mismo sucede con el supuesto debate sobre evolución. No obstante supongamos que estamos a final de curso, que el temario se ha acabado, y no hay problema en dedicarse a debates como estos. ¿Qué pensaríamos si después del debate a los alumnos se les dejara creer que la planicidad de la Tierra es una posición tan valida como la de la esfericidad? ¿Nos parecería honesto? No, evidentemente no, con el conocimiento científico actual podemos afirmar sin problemas, que defender la planicidad de la Tierra es una postura absurda, que es exactamente lo mismo que sucede con la postura creacionista.
Aunque desde la campaña de McCain no han emitido un comunicado oficial sobre el tema, todo parece señalar que en caso de ganar las elecciones la educación científica en Estados Unidos puede estar en peligro.
Recientemente hemos sido testigos del flamante fichaje que ha hecho McCain para ocupar la vicepresidencia, suponiendo que gane las elecciones. En todos los telediarios nos han relatado las virtudes de la elegida, Sarah Palin. Pero como dice el dicho popular, no todo el monte es orégano. En WiredScience podemos leer que la señora Palin esta a favor de que el creacionismo entre en las clases de ciencias, según se recoge en el mencionado blog, Palin afirma textualmente “soy partidaria de que se enseñen los dos”, es decir, que se enseñe la evolución (teoría sintética de la evolución es el nombre correcto) y el creacionismo.
El argumento que estoy viendo últimamente entre los creacionistas, es más o menos el siguiente: “¿que hay de malo en que se debata en clase?”, así dicho no parece que haya nada de malo, siempre y cuando después del debate se le aclare al alumnado que no hay ni una sola prueba a favor del creacionismo y que tanto el creacionismo como su disfraz “El diseño inteligente” no son teorías científicas, y que el concepto de teoría científica nada tiene que ver con el significado mundano que solemos darle a esa palabra.
Pongamos un ejemplo, imaginemos que un grupo numeroso quiere que en clase de ciencias se debata sobre la esfericidad o planicidad de la Tierra, ¿qué hay de malo en el debate? Nada, salvo que es una perdida de tiempo. Tiempo que se puede aprovechar para aprender cosas más interesantes, lo mismo sucede con el supuesto debate sobre evolución. No obstante supongamos que estamos a final de curso, que el temario se ha acabado, y no hay problema en dedicarse a debates como estos. ¿Qué pensaríamos si después del debate a los alumnos se les dejara creer que la planicidad de la Tierra es una posición tan valida como la de la esfericidad? ¿Nos parecería honesto? No, evidentemente no, con el conocimiento científico actual podemos afirmar sin problemas, que defender la planicidad de la Tierra es una postura absurda, que es exactamente lo mismo que sucede con la postura creacionista.
Aunque desde la campaña de McCain no han emitido un comunicado oficial sobre el tema, todo parece señalar que en caso de ganar las elecciones la educación científica en Estados Unidos puede estar en peligro.
La única forma de conseguir que McCain no se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos es que las elecciones las gane el partido demócrata con Obama a la cabeza, pero, ¿cuál es la postura de Obama? Según se recoge en ReligionBlog de DallasNews, Obama se reconoce como cristiano pero añade:
“Pienso que es un error intentar enturbiar la enseñanza de la ciencia con teorías que francamente no tienen ningún soporte en la investigación científica.”
Así pues, al menos por el bien del futuro de la educación científica en Estados Unidos, más vale que el próximo presidente sea Obama.
Ismael Pérez Fernández.
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