
Pressfield vuelve a relatar de forma magistral desde el punto de vista del soldado de a pie una campaña en la que nadie encontraba ese heroísmo mítico que iba a buscar, se encontraban con una situación en la que se veían obligados a actuar como salvajes. Llevando a los propios protagonistas a reflexionar sobre si son soldados o bárbaros, ¿en qué se diferencian del enemigo?
Otro punto magistralmente llevado por Pressfield es la diferencia cultural entre los invasores y los invadidos. A través de relaciones personales de los protagonistas con mujeres de las distintas tribus locales, Pressfield nos presenta lo difícil que les resulta a todos comprenderse entre si debido a sus diferentes costumbres y creencias. No deja de ser paradójico que dentro de tanta barbarie quedara sitio al mismo tiempo para algo de humanidad.
Recomendable novela, que nos relata de forma altamente creíble como pudo ser la vida de algunos de esos soldados del ejercito macedonio.
La dureza y dificultad de la campaña militar parece estar más allá de toda duda. Según sabemos, Alejandro se vio obligado a dejar en aquellas tierras por lo menos 10000 soldados de infantería y 3500 de caballería lo que suponía ni más ni menos que un quinto de su ejercito, para poder proseguir hacia la India con cierta garantía de que la región no se sublevara.
Ismael Pérez Fernández.
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