
La parte dedicada al paleolítico es bastante hipotética como bien advierte el propio autor, ya que el pensamiento no fosiliza como es lógico. Sólo cuando aparece la escritura es cuando podemos profundizar en la forma de interpretar el mundo de los antiguos humanos. De todos modos, en la parte de la prehistoria (antes del surgimiento de la escritura) podemos conocer algo de cómo vivían y se enfrentaban al mundo los humanes a través de su tecnología, es decir, de las herramientas que fabricaban, como los famosos bifaces.
La cultura Mesopotámica es la que recibe mayor atención en el libro, aunque también se habla de la egipcia, de la maya de los indoeuropeos y de los primeros griegos.
El libro es un buen punto de partida para luego saltar a algún otro volumen de la colección, como los dedicados a los griegos a la india.
El libro es breve, claro, conciso y entretenido poco más se le puede pedir.
Ismael Pérez Fernández.
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