Este es el libro que cierra la trilogía sobre Publio Cornelio Escipión, Africanus. En él, asistimos al enfrentamiento entre Roma y Antíoco en la gran batalla de Magnesia, donde los temibles catafractos del rey Antíoco hacían presagiar lo peor paras las legiones romanas, pero una vez más, la genialidad de uno de los mayores generales de Roma consigue darle la vuelta a la situación, haciendo que el ejercito del rey Antíoco quede derrotado y humillado.
Pero en La traición de Roma, vamos a asistir a otras batallas más cruentas, pero esta vez sin espadas, esta vez, las armas serán las palabras. Veremos como el gran general que se presenta como imbatible en el campo de batalla no lo es tanto en el campo de la política, Publio cometerá varios errores en lo político que sus enemigos sabrán aprovechar con inteligencia. Pero no es sólo en lo político donde comete errores Escipión, también los comete en lo familiar, infravalora a su hijo, que no tan diestro en el campo de batalla si se muestra letal con las palabras, y su primera intervención en el senado es uno de los mejores momentos de la novela, no es una batalla, no hay carga de elefantes o catafractos, pero Santiago Posteguillo consigue hacerte vibrar con la retórica del joven Escipión y si el lector no aplaude al joven senador es simplemente porque tiene las manos ocupadas sujetando el libro.
A lo largo de la trilogía asistimos a como Publio Cornelio Escipión va cambiando con el paso de los años, las guerras y sobre todo los enfrentamientos políticos, hacen mella en el personaje, y en La traición de Roma es donde más vamos a notar los cambios en la personalidad de Escipión. Santiago Posteguillo introduce además un elemento nuevo y este son las memorias de Escipión, que sabemos que existieron pero no nos han llegado, de este modo y a lo largo de todo el libro, en breves ocasiones es el propio Publio Cornelio Escipión el que nos cuenta su vida, sus sentimientos, vemos a un general imbatible en la guerra, a un padre que se flagela por los errores cometidos, a un político que no sabe calcular bien sus acciones políticas, estamos ante alguien que lo tuvo todo y lo perdió todo. Todo esto lo resumen genialmente el autor en una sola frase de las memorias de Escipión “He sido el hombre más poderoso del mundo y también el más traicionado”.
La traición de Roma es el broche de oro que se merece esta trilogía, el final de la misma está cargado de emotividad, veremos el ocaso de esos dos grandes generales Aníbal y Escipión y desearemos con todas nuestras fuerzas que el libro no se acabe, pero eso es algo que no podemos evitar. Santiago Posteguillo ha conseguido otra vez una novela que aunque tiene unas 800 paginas se lee con tremenda facilidad, y de la que resulta difícil separarse, siempre quieres leer un poco más. A lo largo de la trilogía, y gracias al autor, consigues estar en la antigua Roma, en los campos de batalla, en el senado, en el teatro, visitaras Alejandría y oriente medio, sufrirás y disfrutaras con los personajes y acabaras por no saber si estás ante un libro que te ha absorbido o si te has introducido en una maquina del tiempo.
Ismael Pérez Fernández.
Pero en La traición de Roma, vamos a asistir a otras batallas más cruentas, pero esta vez sin espadas, esta vez, las armas serán las palabras. Veremos como el gran general que se presenta como imbatible en el campo de batalla no lo es tanto en el campo de la política, Publio cometerá varios errores en lo político que sus enemigos sabrán aprovechar con inteligencia. Pero no es sólo en lo político donde comete errores Escipión, también los comete en lo familiar, infravalora a su hijo, que no tan diestro en el campo de batalla si se muestra letal con las palabras, y su primera intervención en el senado es uno de los mejores momentos de la novela, no es una batalla, no hay carga de elefantes o catafractos, pero Santiago Posteguillo consigue hacerte vibrar con la retórica del joven Escipión y si el lector no aplaude al joven senador es simplemente porque tiene las manos ocupadas sujetando el libro.
A lo largo de la trilogía asistimos a como Publio Cornelio Escipión va cambiando con el paso de los años, las guerras y sobre todo los enfrentamientos políticos, hacen mella en el personaje, y en La traición de Roma es donde más vamos a notar los cambios en la personalidad de Escipión. Santiago Posteguillo introduce además un elemento nuevo y este son las memorias de Escipión, que sabemos que existieron pero no nos han llegado, de este modo y a lo largo de todo el libro, en breves ocasiones es el propio Publio Cornelio Escipión el que nos cuenta su vida, sus sentimientos, vemos a un general imbatible en la guerra, a un padre que se flagela por los errores cometidos, a un político que no sabe calcular bien sus acciones políticas, estamos ante alguien que lo tuvo todo y lo perdió todo. Todo esto lo resumen genialmente el autor en una sola frase de las memorias de Escipión “He sido el hombre más poderoso del mundo y también el más traicionado”.
La traición de Roma es el broche de oro que se merece esta trilogía, el final de la misma está cargado de emotividad, veremos el ocaso de esos dos grandes generales Aníbal y Escipión y desearemos con todas nuestras fuerzas que el libro no se acabe, pero eso es algo que no podemos evitar. Santiago Posteguillo ha conseguido otra vez una novela que aunque tiene unas 800 paginas se lee con tremenda facilidad, y de la que resulta difícil separarse, siempre quieres leer un poco más. A lo largo de la trilogía, y gracias al autor, consigues estar en la antigua Roma, en los campos de batalla, en el senado, en el teatro, visitaras Alejandría y oriente medio, sufrirás y disfrutaras con los personajes y acabaras por no saber si estás ante un libro que te ha absorbido o si te has introducido en una maquina del tiempo.
Ismael Pérez Fernández.
La verdad que la trilogía tiene muy buena pinta. Hace tiempo que no me paseo por la historia de Roma. Habrá que retomarla y disfrutarla de nuevo. Buenas fiestas y mejor año nuevo.
ResponderEliminarbueno me as soprenddo con este articulo, un cientifico, hablando de la triologia. muy bien
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