Las imágenes que suele publicar el European Southern Observatory (ESO) suelen ser tremendamente bellas, pero no olvidemos que el propósito de dichas imágenes es hacer ciencia. En esta ocasión, la imagen publicada corresponde a la galaxia NGC 4666 que es esa bella galaxia espiral que podéis apreciar en el centro de la imagen. Pinchando sobre la imagen podéis verla en formato grande para no perderos detalle.
Image Credit: ESO/J. Dietrich
Como nos indican en la nota de prensa del ESO, NGC 4666 es una galaxia interesante, al menos por dos motivos:
El primero porque se están formando nuevas estrellas a un ritmo alto. Según parece, este ritmo de formación estelar se debe a la interacción gravitatoria con sus galaxias vecinas. Las estrellas se forman a partir de nubes de gas que colapsan, bien, pues en el caso de NGC 4666, el colapso de sus nubes está incentivado por los tirones gravitatorios de sus galaxias vecinas.
El segundo es que debido a explosiones de supernovas en dicha galaxia y a los vientos que se generan en esas regiones de intensa formación estelar, NGC 4666 está expulsado fuera de ella ingentes cantidades de gas. Este gas expulsado (lo han llamado superviento) parte de las regiones centrales de la galaxia y llega a extenderse la friolera de miles de años luz. Tal vez os estéis preguntando por qué no veis el superviento en la imagen, la respuesta es porque está caliente, muy, muy, caliente, tan caliente, que la mayor parte de la radiación la emite en forma de rayos X, y claro, nuestro ojos y nuestras cámaras fotográficas están preparadas para captar los fotones de la luz visible y no pueden captar los fotones de los rayos X, que son exactamente iguales pero mucho más energéticos.
Para poder observar otros fotones, como por ejemplo los de los rayos X, tenemos que fabricar y construir telescopios y cámaras fotográficas especiales. En el caso de NGC 4666 se ha estado observando con el telescopio XMM-Newton de la ESA, que como se deduce de su nombre está preparado para estudiar objetos astronómicos en el rango de los rayos X.
Para la investigación astrofísica es de vital importancia el poder captar distintos tipos de fotones ya que cada uno de ellos indican que en el objeto observado se están realizando distintos procesos físicos, es decir, observar en luz visible nos informa de determinados eventos, en rayos X de otros, en el ultravioleta de otros, en radio de otros, etc. Realizar amplias observaciones en distintas partes del espectro electromágnetico nos permite hacernos una idea mucho más exacta de qué se esconde y qué está pasando en los distintos rincones del Universo.
Ismael Pérez Fernández.
El primero porque se están formando nuevas estrellas a un ritmo alto. Según parece, este ritmo de formación estelar se debe a la interacción gravitatoria con sus galaxias vecinas. Las estrellas se forman a partir de nubes de gas que colapsan, bien, pues en el caso de NGC 4666, el colapso de sus nubes está incentivado por los tirones gravitatorios de sus galaxias vecinas.
El segundo es que debido a explosiones de supernovas en dicha galaxia y a los vientos que se generan en esas regiones de intensa formación estelar, NGC 4666 está expulsado fuera de ella ingentes cantidades de gas. Este gas expulsado (lo han llamado superviento) parte de las regiones centrales de la galaxia y llega a extenderse la friolera de miles de años luz. Tal vez os estéis preguntando por qué no veis el superviento en la imagen, la respuesta es porque está caliente, muy, muy, caliente, tan caliente, que la mayor parte de la radiación la emite en forma de rayos X, y claro, nuestro ojos y nuestras cámaras fotográficas están preparadas para captar los fotones de la luz visible y no pueden captar los fotones de los rayos X, que son exactamente iguales pero mucho más energéticos.
Para poder observar otros fotones, como por ejemplo los de los rayos X, tenemos que fabricar y construir telescopios y cámaras fotográficas especiales. En el caso de NGC 4666 se ha estado observando con el telescopio XMM-Newton de la ESA, que como se deduce de su nombre está preparado para estudiar objetos astronómicos en el rango de los rayos X.
Para la investigación astrofísica es de vital importancia el poder captar distintos tipos de fotones ya que cada uno de ellos indican que en el objeto observado se están realizando distintos procesos físicos, es decir, observar en luz visible nos informa de determinados eventos, en rayos X de otros, en el ultravioleta de otros, en radio de otros, etc. Realizar amplias observaciones en distintas partes del espectro electromágnetico nos permite hacernos una idea mucho más exacta de qué se esconde y qué está pasando en los distintos rincones del Universo.
Ismael Pérez Fernández.
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