Llegamos ya a la última entrega de mi breve periplo por Londres. El domingo por la mañana fuimos al cementerio de Highgate, un cementerio victoriano, un lugar perfecto para grabar una película de miedo. Parece sacado de una de esas películas. La visita dura una hora más o menos, si van a Londres y tienen tiempo puede ser una buena idea pasarse a verlo, es una visita curiosa que no hace todo el mundo.
Después de caminar entre tumbas, cambiamos completamente de registro y nos fuimos al mercado de Candem. Que en realidad sino recuerdo mal no es uno sino cuatro mercados juntos, allí se puede encontrar de todo por ejemplo en uno de los puesto encontré un comic de los Transformers del año 1990. Para comer nos compramos unas hamburguesas brasileñas en uno de los puestos del mercado y nos fuimos a comer tranquilamente a un pequeño parque que está al lado. Después del tentempié asaltamos de nuevo el mercado de Candem ya que nos quedaba mucho que patear. Entre los numeroso puestos encontramos muchos donde vendían camisetas frikis, ¿recuerdan que el primer día en el hotel teníamos un ejemplar de la Biblia? Bueno, pues en Candem encontramos la “venganza” perfecta, una camiseta con el lema “Too stupid to understand science? Try religion!”. Nos echamos unas buenas risas comprando camisetas frikis. Seguimos perdiéndonos en las calles del mercado viendo rarezas y demás cosas. Sin darnos cuenta el mercado empezó a cerrar, sobre las 18 en teoría está todo cerrado. Pusimos rumbo al hotel para despojarnos de todo lo que habíamos comprado, para salir de forma más cómoda a tomar lo que sería nuestras últimas pintas y cena en Londres.
Al día siguiente, por la mañana aprovechamos para comprar algún que otro regalo y recuerdo, la verdad es que yo no soy mucho de comprar recuerdos, así que opte por comprarme unos libros (Life in Space, Ruso and the demented Doctor, The March of Unreason) y un par de comics de Batman (The man who laughs, Joker), después de estos bajamos a Trafalgar Square par decirle el último adiós a la plaza y hacer las últimas fotos, ya sólo quedaba poner rumbo a casa.
La sensación con la que uno abandona la ciudad es peculiar, en poco tiempo te sientes que formas parte de la misma, es una ciudad muy, pero que muy cosmopolita, sin que te des cuenta formas parte de ella, a uno le entran ganas de irse a vivir allí. Claro que si nos hubiera estado lloviendo todos los días lo mismo no tendríamos ganas de quedarnos, pero la verdad es que es una ciudad que merece la pena visitar y no sólo en una ocasión. En el futuro si puedo repetiré, pero de momento mi próxima parada será Turquía, pasare por las regiones del Egeo y de Anatolia, y estaré en la antigua Bizancio, conocida hoy en día como Estambul. Pero para esto, todavía queda un poco de tiempo.
Ismael Pérez Fernández.
Después de caminar entre tumbas, cambiamos completamente de registro y nos fuimos al mercado de Candem. Que en realidad sino recuerdo mal no es uno sino cuatro mercados juntos, allí se puede encontrar de todo por ejemplo en uno de los puesto encontré un comic de los Transformers del año 1990. Para comer nos compramos unas hamburguesas brasileñas en uno de los puestos del mercado y nos fuimos a comer tranquilamente a un pequeño parque que está al lado. Después del tentempié asaltamos de nuevo el mercado de Candem ya que nos quedaba mucho que patear. Entre los numeroso puestos encontramos muchos donde vendían camisetas frikis, ¿recuerdan que el primer día en el hotel teníamos un ejemplar de la Biblia? Bueno, pues en Candem encontramos la “venganza” perfecta, una camiseta con el lema “Too stupid to understand science? Try religion!”. Nos echamos unas buenas risas comprando camisetas frikis. Seguimos perdiéndonos en las calles del mercado viendo rarezas y demás cosas. Sin darnos cuenta el mercado empezó a cerrar, sobre las 18 en teoría está todo cerrado. Pusimos rumbo al hotel para despojarnos de todo lo que habíamos comprado, para salir de forma más cómoda a tomar lo que sería nuestras últimas pintas y cena en Londres.
Al día siguiente, por la mañana aprovechamos para comprar algún que otro regalo y recuerdo, la verdad es que yo no soy mucho de comprar recuerdos, así que opte por comprarme unos libros (Life in Space, Ruso and the demented Doctor, The March of Unreason) y un par de comics de Batman (The man who laughs, Joker), después de estos bajamos a Trafalgar Square par decirle el último adiós a la plaza y hacer las últimas fotos, ya sólo quedaba poner rumbo a casa.
La sensación con la que uno abandona la ciudad es peculiar, en poco tiempo te sientes que formas parte de la misma, es una ciudad muy, pero que muy cosmopolita, sin que te des cuenta formas parte de ella, a uno le entran ganas de irse a vivir allí. Claro que si nos hubiera estado lloviendo todos los días lo mismo no tendríamos ganas de quedarnos, pero la verdad es que es una ciudad que merece la pena visitar y no sólo en una ocasión. En el futuro si puedo repetiré, pero de momento mi próxima parada será Turquía, pasare por las regiones del Egeo y de Anatolia, y estaré en la antigua Bizancio, conocida hoy en día como Estambul. Pero para esto, todavía queda un poco de tiempo.
Ismael Pérez Fernández.
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