Así de escueto y claro es el título del último libro que he leído. Escrito por Clelia Martínez Maza que es profesora titular en el Área de Historia antigua de la Universidad de Málaga. Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Esta obra no es una novela, sino un ensayo. En él, Cleia nos sumerge en la ciudad de Alejandría durante los siglos IV y V principalmente, época en la cual aconteció el asesinato de Hipatia y la destrucción del Serapeo. Es esencial conocer ese tiempo para entender lo que le paso a Hipatia, ya que su asesinato no fue un hecho aislado, sino la cúspide de una espiral de violencia que fue en crescendo en la Alejandría del siglo IV. Dicha violencia es el medio que encuentran los cristianos y paganos para resolver sus diferencias a la hora de intentar establecer el sistema religioso dominante, pero los enfrentamientos también fueron entre distintas facciones de cristianos, arrianos y nicenos principalmente, cuyas diferencias teológicas los convertía en enemigos acérrimos. Por si esto no era suficiente, existía un enfrentamiento entre la autoridad política y la eclesiástica, ya que el pujante cristianismo poco a poco se habría hueco, y el poder de la Iglesia no paraba de crecer.
Tiempos difíciles en los que la paz no se observaba como una opción, donde las diferencias religiosas y las luchas de poder convertían Alejandría en un continuo polvorín. En medio de todas estas disputas se encontraba Hipatia. La filósofa era uno de los principales escollos que se encontró el obispo Cirilo en su campaña de cristianización de la zona, la cual se caracterizo por sus enfrentamientos contra los judíos, los paganos y otras facciones de cristianos. Al final, Cirilo consiguió difamar a Hipatia, la cual paso de ser una persona respetada a una sospechosa de usar técnicas adivinatorias, así como de utilizar magia negra para confundir y manipular a Orestes que era el prefecto imperial. Una vez culminada la campaña de difamación el asesinato de la última luz de Alejandría era cuestión de tiempo. El asesinato de Hipatia marca el punto de inflexión a partir del cual el declive del paganismo es imparable, el paganismo pierde el poco poder que le quedaba, al final, lamentablemente, la concordia cívica en la ciudad sólo pudo alcanzarse con el triunfo de una de las facciones: la ortodoxia católica.
Ismael Pérez Fernández.
Tiempos difíciles en los que la paz no se observaba como una opción, donde las diferencias religiosas y las luchas de poder convertían Alejandría en un continuo polvorín. En medio de todas estas disputas se encontraba Hipatia. La filósofa era uno de los principales escollos que se encontró el obispo Cirilo en su campaña de cristianización de la zona, la cual se caracterizo por sus enfrentamientos contra los judíos, los paganos y otras facciones de cristianos. Al final, Cirilo consiguió difamar a Hipatia, la cual paso de ser una persona respetada a una sospechosa de usar técnicas adivinatorias, así como de utilizar magia negra para confundir y manipular a Orestes que era el prefecto imperial. Una vez culminada la campaña de difamación el asesinato de la última luz de Alejandría era cuestión de tiempo. El asesinato de Hipatia marca el punto de inflexión a partir del cual el declive del paganismo es imparable, el paganismo pierde el poco poder que le quedaba, al final, lamentablemente, la concordia cívica en la ciudad sólo pudo alcanzarse con el triunfo de una de las facciones: la ortodoxia católica.
Ismael Pérez Fernández.
Gracias por la información, enhorabuena por el blog, saludos
ResponderEliminarEste libro unido a la película de Amenabar puede darnos una perspectiva histórica y artística de Hypatia, Alejandría y aquel tiempo histórico. Salu2.
ResponderEliminarHola Marcelino! La verdad es que la película de Amenabar promete, pero seguramente se habrá tomado alguna que otra licencia para dar más dramatismo a la historia, por ejemplo, a Hipatia no la asesinaron cuando era precisamente joven.
ResponderEliminarExiste una distancia enorme entre difamar a alguien -o simplemente acusarlo- e inducir su asesinato. Un juez la vería, ¿la ves tú?
ResponderEliminarHay casos mucho más claros de violencia ejercida contra los paganos, pero no se dan en ellos obispos implicados, sólo emperadores celosos de su poder. Admitid que esta fábula os resulta muy útil no por su valor histórico, sino porque aparece en ella en el papel de villano un eclesiástico que, además, es santo.
Irich, creo que no ha leído bien el texto. ¿Dónde he afirmado yo que el asesinato fuera inducido por Cirilo? ¿Puede por favor copiar y pegar el trozo de texto dónde se afirma eso? He afirmado que Cirilo difamo a Hipatia y que una vez difamada ésta, su asesinato era cuestión de tiempo, pero en ningún sitio he escrito que Cirilo ordenara o instigara el asesinato, eso lo ha escrito usted, no yo. Y le recuerdo que este post es una breve reseña de un libro, por lo tanto y como es evidente dicho libro es la fuente de lo que he escrito.
ResponderEliminarNo obstante, podemos plantearnos la pregunta de ¿instigo o indujo Cirilo el asesinato de Hipatia? Según cuenta Cleia Martinez, por un lado tenemos las fuentes cristianas afines a la doctrina nicena, que intentaron eliminar cualquier posible relación entre Cirilo y la muerte de Hipatia. Aquí, por favor, no vuelva a interpretar mal, ya que, por ejemplo, la instigación del asesinato sería sólo una de las posibles relaciones entre Cirilo y la muerte de Hipatia.
En cuanto a otras fuentes, tenemos, por ejemplo, a Juan de Malalas, él cual acusa a Cirilo de instigar al pueblo, por otro lado Sócrates Escolástico admite implícitamente la intervención de Cirilo al afirmar que el asesinato de Hipatia deshonro a Cirilo y a la iglesia de Alejandría, y también tenemos a Damascio, él cual se muestra convencido de que el asesinato fue planeado por Cirilo.
En cuanto al juicio de valor que realiza, por un lado no es prueba de que Cirilo no estuviera involucrado en el asesinato de la filósofa, sea cual fuere su grado de implicación en los hechos. Y por otro lado es completamente erróneo, ya que me es completamente inútil, que una turba enfurecida de cristianos, estuvieran o no dirigidos por el obispo, asesinaran de forma cruel a Hipatia.