miércoles, noviembre 25, 2009

Oliver Sacks, sobre las alucinaciones

En esta interesante charla, el neurólogo Oliver Sacks nos habla sobre las alucinaciones, en concreto sobre el síndrome de Charles Bonnett. Nos cuenta las experiencias de sus pacientes y da unas pinceladas de la biología subyacente a dicho fenómeno.

El mundo del cerebro es realmente fascinante y esta breve charla de Sacks lo pone de manifiesto, les aseguro que no les va a dejar indiferentes.

La conferencia está en ingles pero tiene subtítulos en varios idiomas, pinchen en View Subtitles, y aparece un desplegable con varios idiomas, seleccionen spanish y listo, ya pueden disfrutar de la conferencia:


3 comentarios:

  1. No puedo ahora ver videos, me lo guardo para más tarde. Yo de muy niño tuve una experiencia de estas. Estaba ya en la cama, listo para dormir, con todo a oscuras, cuando de repente vi una enorme cara de payaso en la pared de enfrente. Estuve aterrado durante varios días, tenía miedo de ir a la cama, pero me decía "tienes que ser valiente". Y para vencer el miedo miraba incluso por los rincones. Con tan mala suerte que otro día de nuevo ví la oreja del payaso asomado por detrás de la cama.

    Mi segunda visión siempre la he entendido por el estado en que estaba, tenía tanto miedo que estaba sugestionado para ver cosas raras.

    La primera me confunde más, nunca le he encontrado una explicación satisfactoria. Supongo que podría haber sido un sueño, pero mi recuerdo de impresión es demasiado fuerte, y esa explicación nunca me ha convencido. A ver si viendo ese video encuentro otra mejor:)

    ResponderEliminar
  2. Bueno no sé si la charla te va ayudar a encontrar la respuesta.

    Yo sólo recuerdo haber tenido una alucinación de esas que son tan reales que la confundes con la realidad. Era pequeño, y recuerdo perfectamente ver a los reyes magos entrar en la habitación para dejarme los regalos, es más no sólo tengo el recuerdo visual sino que tengo el recuerdo de la barba de Melchor rozándome la cara al darme un beso.

    Está claro que no nos podemos fiar mucho de nuestros cerebros.

    ResponderEliminar
  3. Es curioso, lo más parecido que he tenido a eso es cuando, muy de niño, alguien me dijo que mi hermano mayor había sido raptado. Lo cierto es que desde entonces tengo la imagen grabada de como una mañana unos policías devolvían sano y salvo a mi hermano. Por supuesto, el secuestro nunca tuvo lugar, pero durante toda mi infancia yo lo creí.

    Efectivamente, no nos podemos fiar de nuesro cerebro.

    ResponderEliminar