Desde hace unos años, se han venido publicando libros críticos con la religión y en defensa del ateísmo. Entre dichos títulos se encuentran
The End of Faith o
The God Delusion títulos que probablemente le suenen a más de uno. Como era de esperar las respuestas no se hicieron esperar. A este movimiento pronto se le ha denominado como "El nuevo ateísmo", pero lo cierto es que, de nuevo, lo que se dice nuevo, poca cosa hay, poco se ha añadido a lo que ya decía Cicerón en Sobre la naturaleza de los dioses. La diferencia, tal vez estribe en que se han atrevido no sólo a escribirlo sino que además los autores se han dedicado a hacer conferencias sobre el tema, incluso han salido en distintos medios de comunicación criticando la religión y defendiendo la inexistencia de cualquier dios. Esta actitud, a más de uno de ellos les ha valido el calificativo de extremista, sobre todo a
Richard Dawkins que probablemente sea el más conocido de todos esos autores.
A través del blog
La Media Hostia, descubro esta imagen en la que podemos ver tres clases de extremistas, un grupo de militares cristianos, una islamista y el extremista
Richard Dawkins:
Dawkins, el ateo extremista, es el tercero empezando por la izquierda, el de la foto en blanco y negro, fijaros bien, mirad que rictus tan serio, esa expresión de "sé de lo que hablo", se ve una mano completamente vacía y para colmo parece estar hablando a algún auditorio, como bien parece sugerirnos ese amenazador micrófono que tiene en frente. Compararlo con los otros extremistas, miradles que felicidad y serenidad parecen desprenderse de ellos, que orgullosos parecen estar de sus armas y sus libros sagrados, está claro que el problema son estos pérfidos y extremistas ateos que les da por ir por ahí diciendo lo que piensan usando argumentos en lugar de armas.
Mientras escribo este post, descubro mediante la
BBC, que el Vaticano se ha manifestado en contra del premio Nobel de medicina otorgado ayer, la causa es que se ha premiado a Robert Edwards por su trabajo en la fecundación in vitro. El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Ignacio Carrasco de Paula ha declarado que el galardón “está fuera de lugar”, en la BBC se recogen sus declaraciones: