viernes, junio 28, 2013

Hijos de la supernova

Artículo publicado originalmente en Cuaderno de Cultura Científica. Es una colaboración con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

La noche, oscura, nos brinda un espectáculo. El cielo se nos muestra repleto de pequeños puntos brillantes, parecen débiles, parpadean, y a primera vista parecen incontables. Son las estrellas. A pesar de que se nos muestran diminutos y de brillo débil a simple vista, en realidad, son titánicos objetos de dimensiones increíbles. En una estrella como nuestro Sol caben un millón de planetas como la Tierra, pero esto no es nada, existen estrellas mucho más grandes que nuestro Sol.

Pero, ¿de donde vienen las estrellas? Parecen inmutables, pues a lo largo de una vida humana, rara es la vez que apreciamos un cambio en ellas. Las estrellas no son eternas ni inmutables, a lo largo de su vida experimentan cambios y su existencia es limitada en el tiempo, nacen y con el tiempo se extinguen.

Las seis mil estrellas que vemos a simple vista en una noche despejada y desde un sitio sin contaminación lumínica, no son más que una pequeña e insignificante representación de las estrellas que pueblan nuestra galaxia, pues en esta hay aproximadamente más de cien mil millones de estrellas.