martes, agosto 03, 2010

Disfrutando con la evolución humana

Disfrutando, sí, sólo así puede describirse lo que haces en el Museo de la Evolución Humana, en Burgos. Como sabéis, muy cerca de Burgos está la sierra de Atapuerca, lugar donde el descubrimiento de numerosos fósiles ha iluminado, y mucho, nuestra comprensión de la evolución humana. Gracias a yacimientos como el de Atapuerca, al mismo tiempo que hemos ido avanzando en nuestra comprensión de la evolución humana, también hemos ido encontrando nuevas e interesantes preguntas. Atapuerca es un lugar de respuestas y preguntas sobre nuestros orígenes. Atapuerca es la joya de la corona de la arqueología.

El museo consta de cuatro plantas, y se necesita tiempo para poder verlas con el suficiente detenimiento. En la planta inferior están los fósiles estrella de las excavaciones, Elvis (una pelvis) que es la más completa del registro fósil, Miguelon (el cráneo de un Homo Heidelbergensis), y también podemos encontrar a Excalibur, que no es un fósil, sino un biface tallado en cuarcita roja. En esa misma planta puedes jugar a intentar encontrar pequeños huesos entre un mar de piedrecitas. de esta manera puedes hacerte una ligera idea de en que consiste el trabajo en una excavación. La siguiente planta está dedicada por completo a la evolución, con un especial hincapié en la especie Homo Sapiens, tal vez lo más llamativo de dicha planta es la sala en la que están colocados en círculo unas increíbles reconstrucciones de distintos homínidos, son tan realistas que parece que cuando menos te lo esperes se van a bajar del pedestal en el que se encuentran. La siguiente planta se dedica a los primeros pasos de la evolución cultural, cuando se empezó a trabajar la piedra, cuando se empezó a realizar pinturas etc., es como estar presente ante los albores de la complejidad cultural que ha desarrollado el Homo Sapiens. Por último, en la planta de arriba, está la tienda de libros y una pequeña sala en la que se proyecta un vídeo donde se puede ver los distintos ambientes que han influido en la evolución humana.

Pero lo mejor es, que si quieres, además de visitar el museo te llevan al yacimiento y al parque arqueológico. En el yacimiento te cuentan un poco como trabajan, y te hablan de algunos de los descubrimientos estrellas, así como lo que hemos aprendido de esos descubrimientos. Luego, en el parque arqueológico, tienes la oportunidad de intentar hacer bifaces por ti mismo, te enseñan como hacían fuego, ves reconstrucciones de cómo vivían y morían, puedes pintar en una pared tal y como se hacia en la prehistoria ,e incluso, puedes usar algunas de las armas que se usaban en la caza. La verdad es que es ciertamente divertido. En la sección de la caza participé en un mini simulacro de cazar un mamut en grupo y con lanza, ya os digo, que lo de lanzar la lanza como es debido, no es tan sencillo.

En resumen, una experiencia que merece la pena, no sólo se aprende sino que además se disfruta, los que dicen que el conocimiento científico es aburrido es que no se han pasado por el Museo de la Evolución Humana.

Ismael Pérez Fernández.