martes, diciembre 04, 2012

¿Electrocutarías a alguien por un premio de un millón de euros?

En los años 60 Stanley Milgram, psicólogo de la Universidad de Yale, realizó un experimento que sigue siendo sorprendente por los resultados que obtuvo. La intención de Milgram era comprobar hasta que punto somos obedientes frente a una autoridad. Quería conocer si seguiríamos siendo sumisos y cuanto, si dicha autoridad nos da ordenes para hacer algo que normalmente consideramos erróneo. Los resultados de su experimento fueron publicados en Journal of Abnormal and Social Psychology y llevaba como título Behavioral Study of Obedience.

El experimento era más o menos como sigue. Se dispone de tres individuos, uno hará de científico, otro de “víctima” y el tercero es el sujeto de estudio. Al sujeto de estudio se le dice que va a participar en un experimento científico, su labor consiste en realizar preguntas a la “víctima” y si ésta falla, el sujeto de estudio le dará una descarga eléctrica. Tanto el investigador como la “víctima” están compinchados, y obviamente las descargas no son reales, pero la víctima fingirá que sí lo son, obviamente esto es algo que el sujeto de estudio desconoce, el cree en todo momento que las descargas son reales. Cada vez que la “víctima” se equivoca en la respuesta, como hemos dicho, recibe una descarga eléctrica, dichas descargas serán cada vez más fuertes, estando el límite de la escala en 450 voltios, es decir, más de dos veces la tensión que tenemos en los enchufes de casa. Según las descargas van siendo más fuertes la “víctima” mostrará más signos de dolor, tales como gritos, gemidos, etc.

Aunque algunos sujetos de estudio mostraban algunos reparos, normalmente la presencia de la figura de autoridad del investigador les hacia continuar con la prueba. El resultado del experimento es claro, el 65% de los participantes llegaron hasta el final de la escala, es decir, fueron capaces de suministrar 450 voltios a la “víctima”.

Ahora cambiemos la figura de autoridad científica por la autoridad de un programa de televisión, un concurso, donde eres un concursante que haces preguntas a una persona que según falle irá recibiendo descargas eléctricas de intensidad creciente. Si llegas hasta el final de la escala, es decir, vences al otro concursante (“la víctima”) te llevarás un millón de euros. ¿Llegarías a aplicar los 450 voltios a la otra persona? Imagino que todos respondemos que no, pero la prueba se ha hecho, y los resultados son, escalofriantes: