miércoles, abril 18, 2007

LEY DE LA ENSEÑANZA, ¿LA LEY DE QUE...?

De verdad que hay cosas que a uno le cuesta mucho entender como puede ser que sean posibles. Ayer, en el telediario de la noche, escuche que el gobierno en la ley de la enseñanza iba a introducir cambios. En concreto, permitiría pasar de curso en el bachillerato aunque se suspendieran más de dos asignaturas. Mientras que me intentaba recuperar del shock causado por dicha información, salió alguien, no recuerdo el nombre probablemente debido al shock sufrido, justificando la medida en los siguientes términos:

“Así, el alumno no se ve obligado a repetir el contenido de aquellas asignaturas que ha aprobado”

Pero vamos a ver, tampoco es algo tan grave, además ¿cuántas veces se consigue aprobar algo sin entender realmente la materia? Esto lo ha experimentado seguro cualquier persona que haya estudiado, así que lo de repetir no sería tan mala idea. No sólo se tendrían la oportunidad de aprobar aquello que les ha quedado pendiente, sino que podrían entender mejor lo que ya han conseguido aprobar, en el supuesto de que se diera el caso. Pero no, la mejor opción es que aquí la gente pase de curso como el que baja a comprar el pan, y luego nos quejaremos todos de los problemas que tenemos echándole la culpa a la sociedad; es que la sociedad es así, la sociedad esto, la sociedad lo otro... Pero muy señores míos, la sociedad esta compuestas de personas y si en lugar de formar ciudadanos nos dedicamos a formar borregos ¿qué esperamos? Y no es que por el mero hecho de que tuviéramos una ley de la enseñanza como es debido, que a estas alturas esto ya es utópico, la sociedad fuera a ser idílica y perfecta. Pero con un grado menor de borregismo algo mejoraría, por poco que fuera.
Y esto acabará por afectar a las universidades, porque el nivel con el que llegarán los alumnos será lamentable. Así pues o las propias universidades bajan el nivel o no aprobará nadie y por lo tanto en ambos casos nos quedaremos sin profesionales cualificados. Que bonito panorama.

Ismael Pérez Fernández.