Leo en El País que la cantante Beyoncé tiene problemas para realizar sus conciertos en Egipto. Los radicales islamistas no quieren que se celebre dicho concierto porque va contra la sharía.
A la luz de noticias como ésta queda de manifiesto que en el mundo musulmán, necesitan y con urgencia su propia ilustración, como ya la tuvimos nosotros en Europa. Aunque hay que reconocer que no es algo fácil, por ejemplo, incluso en países laicos como Turquía se ha censurado la web del científico Richard Dawkins, no por científico, sino por ateo. Si se cierran a la influencia del exterior la única opción es un movimiento ilustrado desde el interior, pero el problema no es ya que la crítica al Islam esté mal vista en los países musulmanes, es que en más de uno de ellos el autor de la crítica puede verse en serios aprietos, como tristemente nos recuerda el caso de Salman Rushdie. Pensadores como Ibn Warraq y Ayaan Hirsi Ali se han visto obligados a abandonar sus países, han escrito libros criticando el Islam pero dudo que dichos textos lleguen a donde tienen que llegar.
Los críticos al Islam tampoco es algo original de nuestros días, no es por tanto un ataque de occidente (signifique esto lo que signifique), por ejemplo, Al-Ma'arri fue un filosofo y poeta que vivió a medio camino de los siglos X y XI. Al-Ma'arri fue muy crítico con la religión y en particular con el Islam, llegando a decir que la religión es una fábula inventada.
Cuando sólo se enseña a creer ciegamente en algo, cuando no sé permite ningún tipo de reflexión crítica, lo que estamos haciendo es cultivar fanáticos y esto es aplicable a cualquier ideología y religión. Si queremos hacer del mundo un sitio mejor, lo que necesitamos son ciudadanos críticos no fanáticos enfervorecidos.
Ismael Pérez Fernández.
A la luz de noticias como ésta queda de manifiesto que en el mundo musulmán, necesitan y con urgencia su propia ilustración, como ya la tuvimos nosotros en Europa. Aunque hay que reconocer que no es algo fácil, por ejemplo, incluso en países laicos como Turquía se ha censurado la web del científico Richard Dawkins, no por científico, sino por ateo. Si se cierran a la influencia del exterior la única opción es un movimiento ilustrado desde el interior, pero el problema no es ya que la crítica al Islam esté mal vista en los países musulmanes, es que en más de uno de ellos el autor de la crítica puede verse en serios aprietos, como tristemente nos recuerda el caso de Salman Rushdie. Pensadores como Ibn Warraq y Ayaan Hirsi Ali se han visto obligados a abandonar sus países, han escrito libros criticando el Islam pero dudo que dichos textos lleguen a donde tienen que llegar.
Los críticos al Islam tampoco es algo original de nuestros días, no es por tanto un ataque de occidente (signifique esto lo que signifique), por ejemplo, Al-Ma'arri fue un filosofo y poeta que vivió a medio camino de los siglos X y XI. Al-Ma'arri fue muy crítico con la religión y en particular con el Islam, llegando a decir que la religión es una fábula inventada.
Cuando sólo se enseña a creer ciegamente en algo, cuando no sé permite ningún tipo de reflexión crítica, lo que estamos haciendo es cultivar fanáticos y esto es aplicable a cualquier ideología y religión. Si queremos hacer del mundo un sitio mejor, lo que necesitamos son ciudadanos críticos no fanáticos enfervorecidos.
Ismael Pérez Fernández.