El filósofo Jesús Mosterín, conocido por sus trabajos sobre lógica, ciencia y racionalidad, ha publicado A favor de los toros (Laetoli), libro de título a primera vista paradójico en el que recoge, corregidos y aumentados, sus textos críticos sobre las corridas de toros.
A continuación reproduzco la entrevista que le hicieron desde Laetoli:
Pregunta: ¿Cuándo comenzó su activismo contra las corridas de toros?
Respuesta: El mundillo taurino siempre me ha parecido repugnante y fraudulento. He sido y soy crítico con él tanto por razones morales como intelectuales. La corrida de toros es una mera farsa, un simulacro de combate donde no hay combate alguno. El toro es un rumiante típico que sólo desea que lo dejen pastar y rumiar en paz. No quiere pelear. Por ello se le mete en el ruedo, una especie de infierno del que no puede escapar; se le castiga por ser lo que es, un herbívoro pacífico, y se lo tortura con el arpón de la divisa, la garrocha del picador y las banderillas para que aparente ser lo que no es, un animal feroz.
Pregunta: Recientemente se han abolido las corridas de toros en Cataluña y parece que Ecuador va a someter a referéndum la decisión de abolirlas o no. Pero en otros muchos países se abolieron hace varios siglos, ¿no es así?
Respuesta: Sí, en Chile, Argentina y Brasil, por ejemplo, se prohibieron poco después de alcanzar su independencia. Y también estuvieron prohibidas en España. Carlos III, el rey ilustrado, prohibió las corridas de toros y Carlos IV prohibió la Inquisición. Cuando llegó al poder Fernando VII, rey antiilustrado y reaccionario, restauró tanto las corridas como la Inquisición.
Pregunta: Algunos filósofos, como Fernando Savater, mantienen posturas muy activas a favor de las corridas de toros. ¿Qué opina usted?
Respuesta: Savater tiene sensibilidad para ciertas cuestiones morales y políticas humanas, pero parece insensible respecto al sufrimiento de los animales no humanos. Es un “especista”, es decir, limita arbitrariamente la consideración moral a su propia especie; a las demás, que las parta un rayo. Yo le acompaño en su oposición al nacionalismo político, pero no puedo acompañarlo en su especismo, tan alicorto y provinciano en el campo de la ética y la biología como el nacionalismo lo es en el de la política.
Pregunta: Algunos remontan las corridas de toros hasta la antigua Creta. ¿Es así?
Respuesta: Eso es un puro disparate. La civilización cretense desapareció hace unos 3.500 años y las corridas de toros tienen poco más de 200 años. No hay ninguna conexión. Ojalá la hubiera. Los juegos de los antiguos cretenses con los toros eran completamente incruentos y en ellos no se vertía ni una gota de sangre.
Pregunta: ¿Goya era partidario de las corridas de toros?
Respuesta: Goya estaba en contra de las corridas de toros. Los grabados de la serie “Tauromaquia” forman parte de su serie negra, junto a los “Desastres de la guerra”. Goya representó los horrores de la guerra y nadie en su sano juicio dirá que estaba a favor de ellos. Lo mismo sucede con las corridas. Sus grabados son sátiras, críticas mordaces del mundo de la tauromaquia; es difícil imaginar una crítica más dura. Goya era un ilustrado, por eso tuvo que exiliarse a Burdeos, y como tal ilustrado estaba contra las corridas de toros.
Pregunta: Algunos sectores parecen creer que las críticas antitaurinas provienen de los nacionalismos periféricos y que son “antiespañolas”. Por esta razón la derecha centralista defiende con ahínco las corridas de toros. ¿Qué opina usted?
Respuesta: La tortura pública de los toros la había en toda Europa hasta que fue abolida hace dos siglos. No tiene nada de específicamente española. El nacionalismo catalán no ha tenido nada que ver con la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, que se ha propuesto y defendido en función de valores universales. Lo que sí se ha hecho por motivos nacionalistas ha sido la autorización y blindaje legal de esas salvajadas pueblerinas que son los “correbous”.
Pregunta: ¿Por qué un filósofo como usted, dedicado especialmente a la ciencia y la filosofía teórica, milita de forma tan activa contra el maltrato animal y en especial contra las corridas de toros?
Respuesta: El pensamiento racional no es un mero juego de palabras: tiene consecuencias y desemboca en acciones. La racionalidad siempre se ha opuesto a las prácticas crueles y a las creencias supersticiosas, por muy ancladas que estén en las tradiciones tribales y religiosas. Las salvajadas contra los animales suelen ser tradicionales y el pensamiento racional las critica. El mundo está lleno de horrores y salvajadas; hay que ir acabando con ellas una tras otra, pues no podemos acabar con todas a la vez. En gran parte de África la ablación del clítoris de las adolescentes es algo tradicional, y no por ello deja de ser una salvajada criticable. Pero como vivo en este país, hablo especialmente de las salvajadas que tienen lugar en este país.