miércoles, abril 27, 2011

No hay que permitir la "carta de la fe" en los debates

En lo referente a debates importantes uno de los errores más importantes que se han cometido es haber dejado que se use la “carta de la fe”. Esta expresión ha sido acuñada por el filósofo Daniel Dennett. En la siguiente entrevista, Dennett lo explica magistralmente, haciendo uso de un ejemplo soberbio que ilustra porque no se puede permitir la “carta de la fe” en debates sobre temas importantes donde la racionalidad debería ser la norma:



Ismael Pérez Fernández.

7 comentarios:

  1. Bueno, es una gran carta!, dices que crees en esto o aquello y tada!, al diablo todos los argumentos de tu contrincante, tú dejarías una ventaja así de lado?

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  2. De hecho los ateos, agnósticos y demás sí que la dejamos de lado.

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  3. Me ha encantado lo de su amiga Lucila, realmente es igual de ilógico escudarse en la fe para un debate razonado; es como responder a un niño que pregunta insistentemente diciendo "porque sí, y punto".

    Y claro, razonarle a alguien que juega esa carta que eso no es un argumento válido, es jodido. ¿Quién no ha estado alguna vez en una situación así? (y me refiero a ambos casos, tanto a adultos discutiendo entre sí sobre religión, como siendo niños y enfrentándose a adultos de poca paciencia)

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  4. Eric tienes toda la razón, si alguien usa la carta de la fe, en un debate dificilmente se le puede hacer ver que ese no es un argumento ya que si lo usan es porque piensan que sí lo es.

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  5. Bueno, quizá por reducción al absurdo: vamos a traer a gente de todos los credos para que intenten discutir sobre un tema esgrimiendo sus argumentos religiosos, ya verás qué divertido cuando después de la primera ronda queden en tablas porque todos "tienen razón"... ah no, espera, que así han empezado la mitad de las guerras ¬¬ (la otra mitad, por dinero)

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  6. Bueno @Ismael, esa es una de las principales razones por las que nos va tan mal en los debates.

    Se requiere de un buen argumentador para reconocer la calidad de los argumentos de otro buen argumentador, al final, sólo otros escépticos reconocen lo buenos que son los argumentos de los escépticos; mientras la carta de la fe sigue convenciendo a legiones de creyentes.

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  7. Muy bueno Eric, la verdad es que el debate iba a ser graciosos.

    FilosSofo tienes toda la razón.

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