lunes, noviembre 25, 2013

Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo

Antes de nada, conviene decir que el libro hay que leerlo con mucho cuidado, entiéndase, leerlo con una buena dosis de escepticismo. El autor arremete contra los medios de información de masas y como estos, por sus intereses y por su propio mecanismo, acaban por informar solo de parte de los hechos, o como se usa un determinado lenguaje para narrar determinadas noticias y no otras, o incluso a veces la invención de alguna que otra noticia, todo ello acaba consiguiendo formar una opinión sesgada en el lector.

Vaya por delante que coincido con la tesis general del autor. Hay determinados factores que influyen en la publicación de las noticias, desde la misma publicidad que hay en el medio de comunicación, a los intereses e ideología del mismo, factores que inducen a la desinformación más que a la información.

Ahora bien, el propio autor cae en algunas de las cosas que denuncia. Por ejemplo, nos pone en guardia sobre los "analistas", advirtiendo que cuando en una noticia se dice algo del estilo "los analistas sostienen que..." debemos ponernos en guardia, ¿quienes son esos analistas en base a que dicen lo que dicen? El autor argumenta que "los analistas", están al servicio de los intereses del medio de comunicación, por lo que sus juicios y valores deben ser sometidos al más duro escepticismo cuando no incredulidad. El problema es, que en otras partes del libro él mismo cae en lo que denuncia, haciendo referencia a "analistas comprometidos", da la sensación de que los analistas que coinciden con su ideología son los que hacen bien el trabajo y los otros no.

En la denuncia de lo sesgado o equivocado de algunas noticias, contrapone lo que dicen unos medios(de masas) a lo que dicen otros(alternativos), pero como lector a uno le surgen dudas, de acuerdo que no podemos fiarnos acríticamente de los medios de masas, ¿pero los alternativos no responden también a determinadas ideologías? ¿No deberíamos desconfiar igualmente de unos y de otros? El autor pide paciencia y compresión con los errores de los medios alternativos, pero en los de masas, según lo expone, no parece que se cometan errores sino que todos sus equivocaciones se deben a interese, ideología, etc. uno no deja de tener la sensación de que se está usando una doble vara de medir.

En resumen, el libro es muy recomendable, a pesar de las críticas que se le pueden hacer, considero que la denuncia del autor está bien encaminada, y que debemos ser conscientes de que no nos llega toda la información relevante, o nos llega de forma sesgada, pensar que estamos informados por el mero hecho de leer el periódico o ver el telediario, es un error. Error que solo puede solucionarse afilando tu propio escepticismo y poniéndote manos a la obra para procurar estar mejor informado por tu propia cuenta y riesgo.


3 comentarios:

  1. Anónimo8:24 p. m.

    Hola.

    Coincido en parte con la crítica. Pero en cuanto al periodismo "comprometido", me pongo del lado de Serrano. El periodismo nunca puede ser neutral y objetivo, no es una ciencia. Esto lo primero. Entonces, cuando Pascual Serrano habla del periodismo "comprometido" habla de hacer lo contrario: por ejemplo, en el caso de conflicto entre Israel y Palestina. El Estado de Israel mata a 300 civiles y los palestinos matan a un militar, como respuesta. El periodísta tiene que ver que es una relación de dominantes y dominados, por lo tanto, no están en el mismo nivel y, por lo tanto, no se puede decir que ambos bandos han matado, como se suele hacer. Esto es, más o menos, una caricatura, pero refleja la realidad.

    Por eso lo de los periodistas comprometidos. No tienen por qué ser de su ideología, simplemente es honestidad para con la dignidad humana. Se puede ser de "derechas", conservador, liberal... Pero si se ve la cómo funcionan las cosas, y si se es honesto, se estará comprometido. Esto lo veo difícil, pero no imposible...

    Salud.

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    1. Estoy de acuerdo con lo que dices, pero creo que caes en una contradicción, que habría que eliminar.
      Afirmas que el periodismo no puede ser objetivo, pero en realidad lo que estás pidiendo es exactamente eso, que lo sea. Es decir, que el periodismo nos cuente lo que realmente pasa, a pesar de la ideología, y otros sesgos que pueda tener el periodista o los medios a los que pertenece. Piensa en el mismo ejemplo que has puesto de Israel y Palestina, si el periodismo no es y no puede ser objetivo significa que no puede decirnos lo que realmente está pasando, es decir, la afirmación de "el periodísta tiene que ver que es una relación de dominantes y dominados..." carecería de valor si el periodismo no puede ser objetivo, pues esa afirmación quedaría reducida a algo subjetivo, y tendría el mismo valor que tea valoración subjetiva que dijera lo contrario. Pero entiendo que estamos de acuerdo en que hay una realidad, sea está la que sea, y que el periodismo bien entendido debería poder contarnos esa realidad, dándonos todos los elementos necesarios para entenderla y valorarla adecuadamente.

      En resumen, si lo que queremos es un periodismo libre de influencias ideológicas, libre de sesgos de todo tipo etc., lo que estamos demandando es un periodismo objetivo, que no tiene porque ser neutral. Por ponerlo con un ejemplo que se aleje de la arena socio-politica, el periodismo objetivo consistiera en informarnos de la forma que tiene la Tierra, dándonos los datos que avalan esa conclusión, dándonos el contexto de cómo se ha llegado a esa conclusión. El periodismo neutro es lo opuesto, sería decir que hay quienes sostienen que la Tierra es plana y otros que sostienen que no lo es, y quedarse ahí, como si ambas posturas fueran equivalentes.

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    2. Buena crítica y buena respuesta :)

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