Betelgeuse es una estrella gigante roja que forma parte de la constelación de Orión. Aquí hay que aclarar una cosa y es que las constelaciones no existen, es decir, las estrellas de una constelación no tienen nada que ver unas con otras, salvo que alguna de esas estrellas sea un sistema binario o algo por el estilo. Las constelaciones simplemente son agrupaciones arbitrarias que hemos realizado los humanos. Las antiguas civilizaciones buscaban sus dioses y mitos en el firmamento, con la inmensa cantidad de estrellas que se pueden ver no resulta extraño que uno acabe encontrando lo que busca. Así pues, cuando decimos que la estrella X pertenece a la constelación Y, simplemente estamos indicando en que región del cielo se encuentra dicha estrella, no que dicha estrella se halle a la misma distancia o tenga algo que ver con el resto de estrellas de la constelación.
La constelación de Orión es una de las más fáciles de localizar. Desde el hemisferio norte de la Tierra la podemos ver fácilmente durante el otoño y el invierno. Orión es una de las constelaciones más generosas de ver ya que esa misma región, debajo de lo que se conoce como cinturón de Orión se encuentra una espectacular nebulosa que puede hacer las delicias de cualquiera que tenga un pequeño telescopio.
Betelgeuse está en la parte de arriba de la constelación. El tamaño de dicha estrella es descomunal para los estándares a los que estamos acostumbrados. En el planeta Júpiter caben 1000 planetas como la Tierra y en el Sol caben 1000 planetas como Júpiter, o lo que es lo mismo, en el Sol caben aproximadamente un millón de planetas como la Tierra. No podemos decir que el Sol sea precisamente pequeño. Pues bien, Betelgeuse es bastante más grande que el Sol, si sustituyéramos al Sol por Betelgeuse, ¡esta llegaría hasta la orbita de Júpiter! Pero Betelgeuse no está sola, alrededor de la estrella hay una pequeña nebulosa que se extendería mucho más allá. En dicha nebulosa abundan los silicatos y el polvo de aluminio que son los principales componentes de las superficies de los planetas rocosos como es el caso de la Tierra. Esta composición nos indica que los compuestos que forman la Tierra se formaron hace muchísimo tiempo en una estrellas similar a Betelgeuse.
Las gigantes rojas como Betelgeuse son una de las fases finales de las estrellas masivas. Cuando una estrella alcanza esa fase su tamaño aumenta y empieza a expulsar material al espacio que la rodea, formando esa nebulosa en el espacio circundante de la estrella.
La formación de esa nebulosa se hace principalmente mediante dos procesos. Por un lado se forman penachos de gas que se extiende hacia el espacio desde la superficie de la estrella y por otro se forman burbujas gigantes en al atmósfera de Betelgeuse, el movimiento de las mismas parecen estar implicado en la eyección de los penachos.
El último trabajo sobre el entorno de Betelgeuse, ha aparecido publicado en el ESO y lleva por título The close circumstellar environment of Betelgeuse. En dicho trabajo se muestra que los penachos que se ven cerca de la superficie de la estrella están probablemente conectados con estructuras en la parte exterior de la nebulosa. Como se puede observar fácilmente en la imagen la nebulosa es completamente asimétrica lo cual da una pista de que la eyección de material no se realiza de forma simétrica.
Ismael Pérez Fernández.
Image Credit:ESO/P. Kervella
La constelación de Orión es una de las más fáciles de localizar. Desde el hemisferio norte de la Tierra la podemos ver fácilmente durante el otoño y el invierno. Orión es una de las constelaciones más generosas de ver ya que esa misma región, debajo de lo que se conoce como cinturón de Orión se encuentra una espectacular nebulosa que puede hacer las delicias de cualquiera que tenga un pequeño telescopio.
Betelgeuse está en la parte de arriba de la constelación. El tamaño de dicha estrella es descomunal para los estándares a los que estamos acostumbrados. En el planeta Júpiter caben 1000 planetas como la Tierra y en el Sol caben 1000 planetas como Júpiter, o lo que es lo mismo, en el Sol caben aproximadamente un millón de planetas como la Tierra. No podemos decir que el Sol sea precisamente pequeño. Pues bien, Betelgeuse es bastante más grande que el Sol, si sustituyéramos al Sol por Betelgeuse, ¡esta llegaría hasta la orbita de Júpiter! Pero Betelgeuse no está sola, alrededor de la estrella hay una pequeña nebulosa que se extendería mucho más allá. En dicha nebulosa abundan los silicatos y el polvo de aluminio que son los principales componentes de las superficies de los planetas rocosos como es el caso de la Tierra. Esta composición nos indica que los compuestos que forman la Tierra se formaron hace muchísimo tiempo en una estrellas similar a Betelgeuse.
Las gigantes rojas como Betelgeuse son una de las fases finales de las estrellas masivas. Cuando una estrella alcanza esa fase su tamaño aumenta y empieza a expulsar material al espacio que la rodea, formando esa nebulosa en el espacio circundante de la estrella.
La formación de esa nebulosa se hace principalmente mediante dos procesos. Por un lado se forman penachos de gas que se extiende hacia el espacio desde la superficie de la estrella y por otro se forman burbujas gigantes en al atmósfera de Betelgeuse, el movimiento de las mismas parecen estar implicado en la eyección de los penachos.
El último trabajo sobre el entorno de Betelgeuse, ha aparecido publicado en el ESO y lleva por título The close circumstellar environment of Betelgeuse. En dicho trabajo se muestra que los penachos que se ven cerca de la superficie de la estrella están probablemente conectados con estructuras en la parte exterior de la nebulosa. Como se puede observar fácilmente en la imagen la nebulosa es completamente asimétrica lo cual da una pista de que la eyección de material no se realiza de forma simétrica.
Ismael Pérez Fernández.
Image Credit:ESO/P. Kervella
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