Credits: ESA |
Desde sus primeras observaciones Envisat puso de manifiesto el retroceso que está experimentando el hielo en la placa Larsen, situada en la Antártida. Esta placa en realidad está formada por otras tres, denominadas Larsen A, B y C respectivamente. Larsen A es la más pequeña de las tres, la B es la intermedia y C como cabía esperar es la más grande del conjunto. La placa A ya desapareció en 1995, queda por ver como les ha ido a las placas B y C.
Esta semana la ESA ha hecho público los datos recogidos por Envisat, los cuales ratifican que la placa Larsen B está perdiendo hielo a marchas forzadas. A lo largo de los últimos diez años la placa B ha perdido 1.790 kilómetros cuadrados de hielo. En 1.995 la superficie de la placa B era de 11.512 kilómetros cuadrados, en la actualidad, según los datos recabados por Envisat la extensión de dicha placa ha quedado reducida a 1.670 kilómetros cuadrados. En cuanto a la placa C, de momento se mantiene estable, pero se ha detectado que durante el verano el tiempo durante el cual el hielo se deshace se ha incrementado ligeramente.
Credits: ESA / ENVEO |
La placa Larsen está situada en la Península Antártica. Esta península ha estado sometida a incrementos de temperatura de 2,5 grados centígrados en los últimos cincuenta años, lo cual es un valor mayor que la media global. Este tipo de placas son sensibles a los cambios en la temperatura que se producen en la atmósfera así como en los cambios que se pueden producir en las corrientes oceánicas.
Las observaciones de Envisat ponen de manifiesto lo sensible que son este tipo de estructuras al cambio climático. Las misiones como Envisat son de vital importancia para poder desarrollar modelos que nos expliquen como reacciona el hielo y la nieve a las variaciones debidas al cambio climático.
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