Este es el siguiente volumen que he leído de la Biblioteca Bunge que está editando la editorial Laetoli.
En este volumen el filósofo y científico Mario Bunge nos habla de la ideología de la pseudociencia y de la ciencia, que características tienen en común y qué las diferencia. Pero sobre todo el libro es un llamado a científicos y tecnólogos, a que no se queden impasibles ante la pseudociencia y la pseudotecnología. A estas, Bunge las considera virus dañinos para la sociedad. Ignorarlas, excusarlas o menospreciarlas redunda en un detrimento de nuestras sociedades.
Si la pseudociencia y la pseudotecnología proliferan es, entre otras cosas, porque las filosofías que las amparan no son evaluadas críticamente. Evaluación que es necesaria hacer para mostrar sus deficiencias y debilidades, las cuales hacen que esas filosofías no sean adecuadas para entender el mundo. Si acaso sirven para algo, es para enturbiar dicho conocimiento. Estas filosofías son directamente contrarias a la filosofía en la que se enmarca la ciencia y la tecnología, por lo que no ser críticos con las filosofías e ideologías que amparan la pseudociencia y la pseudotecnología es atacar la ciencia y la tecnología, es reducir la aceptación de las mismas, e incluso es aceptar que nuestra sociedad reniegue de ellas, esto puede llegar a tener consecuencias dramáticas como el abandono de las mimas. Si el lector no le parece que pueda ser algo tan dramático, mire a su alrededor y borre con su imaginación todo lo que esta en su entorno y se debe a la ciencia y a la tecnología, ¿queremos un mundo así? ¿No? Entonces seamos comprometidos y luchemos contra la pseudociencia, la pseudotecnología y las filosofías que las amparan, ese es el mensaje subyacente en esta obra de Mario Bunge.
No he tenido el gusto de leer el libro del profesor Bunge pero constato que en la crítica del libro no se menciona -aunque se intuye- la palabra "religión". No puedo estar más de acuerdo con el resumen, en especial que falta de crítica y respuesta a la pseudociencia y su ideología es casi un ataque, por dejación, a la ciencia y a la filosofía (esto es, a la búsqueda de la verdad). Pero entonces, ¿no es lógico suponer que la religión se sitúa en el platillo de l abalanza a ser denunciado?
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